En cierta ocasión dijo Jesús:
“Dos no pueden estar juntos, si no están de acuerdo”. Aun así estableció el
trabajo en equipo a través del poder del
acuerdo diciendo: Si dos o más se
pusieren de acuerdo en cualquier cosa que pidieren al Padre; Yo lo haré”. Jesús nos quiso enseñar como humanos a romper con
el individualismo; porque esto es lo que refrena muchos milagros en nuestra
vida. Particularmente yo era una persona
muy individualista, gracias a las enseñanzas de mi madre acerca de no esperar a
nadie para hacer las cosas; y por la gran porción de autosuficiencia que me
heredó. Cuando llego a los pies de Jesús, por mucho tiempo seguí padeciendo de
este mal, el individualismo brotaba en todas mis áreas, y como las personas en
quien me apoyaba terminaban defraudándome, eso afianzo mas mi teoría, de que si
no lo hacía yo, no saldría bien. Pero lo más irónico era que siendo yo gemela,
que además compartió placenta, que tuve compañía en el vientre, que compartí un
lado de mi coche, asumiera por muchos años esta actitud. En el libro de Eclesiastés
el Rey Salomón escribió lo siguiente: Mejores son dos que uno, porque tienen mejor paga por su trabajo; porque si
uno cayere el otro le levantara, pero ¡ay! del solo, cuando cayere, ¿Quién le levantara? No hay nada mejor que el trabajo en
equipo. Las grandes trasnacionales exigen como requisito “Capacidad para
trabajar en equipo”. Todo hombre y mujer de éxito ha quedado convencido (a) que
sin un buen equipo de trabajo no se habría logrado dicho éxito. Hay un dicho
muy común que dice: “Detrás de un gran hombre, hay una gran mujer”, y aunque
muchos son las matrices de opinión que se han generado por esta frase tan
conocida, etiquetándola de machista y denigrante; considero que esta frase
tiene un sentido positivo en su contexto original. La persona que lo escribió
lo hizo convencido de que todo el éxito alcanzado por un hombre, esta
orquestado por el apoyo de una gran mujer; que pasaba desapercibida en una
sociedad tan saturada de hombres sobresalientes; pero que nunca dudo en ser
incondicional, a pesar de no ser reconocida. Lo realmente resaltante en esta
frase es que denota un magnífico trabajo en equipo. ¿Quién lo dijo? ¡No tengo idea!
Lo que si se, es que desde hace muchos años me he familiarizado con esta frase,
que además ha sido víctima de un error de interpretación, siendo muy
cuestionada y tergiversada.
El trabajo en equipo es
maravilloso y muy digno, porque nos enseña a respetar y a valorar las
capacidades, habilidades y creatividades de nuestros compañeros, sea en el
hogar, en la sociedad laboral o en la iglesia a la cual pertenecemos. En el
ámbito que sea, el trabajo en equipo es fundamental. La Biblia resalta un
trabajo en equipo maravilloso, y es en el libro de 1 Samuel 14:4-15 cuando un
príncipe de la tribu de Benjamín llamado Jonatán, hijo de Saúl Rey de Israel, junto a su paje de armas;
(quien se encargaba de llevar las armas de Jonatán, de limpiarlas y cuidarlas)
se fueron a atacar el campamento de los filisteos, convencidos de que Jehová
Dios estaba con ellos. Amo las palabras que le dijo el paje de armas a Jonatán
en el versículo 7 “Haz todo lo que
tienes en tu corazón; ve, pues aquí estoy contigo a tu voluntad” Esta era
una campaña suicida. Saúl con todo su ejército temblaba ante la idea de
enfrentar a esta guarnición de incircuncisos rebeldes y crueles (considerando,
desde luego, que Saúl salió con dos mil soldados, y ya solo le quedaban
seiscientos, y de paso acobardados, porque el resto había desertado). Solo dos
hombres en mutuo acuerdo estaban locos por arrancar cabezas filisteas; Jonatán
y su paje de armas. Miren como culmina esta hazaña heroica de dos hombres, de
rangos diferentes; pero en común acuerdo.
13.- Y subió Jonatán trepando con sus manos y sus pies, y tras él su
paje de armas; y a los que caían delante de Jonatán, su paje de armas que iba
tras él los mataba.
Aquí hay una gran verdad
espiritual. No todas las veces iras al lado de tu compañero para lograr una
victoria, sino que muchas veces tendrás que ir detrás para lograrla. Lo importante aquí, es entender; que es el acuerdo
quien trae la victoria; no la posición que ocupas en el equipo.
Continuemos leyendo los dos versículos restantes.
14.- Y fue esta primera matanza que hicieron Jonatán y su paje de
armas, como veinte hombres, en el espacio de una media yugada de tierra.
15.- Y hubo pánico en el campamento y por el campo, y entre toda la
gente de la guarnición; y los que habían ido a merodear, también ellos tuvieron
pánico, y la tierra tembló; hubo, pues, gran consternación.
Dos hombres en mutuo acuerdo
lograron hacer, lo que seiscientos no se atrevían. Pelear para ser libres de la
opresión.
Hubo dos mujeres que también
trabajaron en equipo. Se trata de Rut la Moabita y Noemí la Israelita. Dos
mujeres de orígenes diferentes, de naciones diferentes, pero que fueron unidas
gracias al parentesco de consanguinidad, que produce el matrimonio; y aunque ya
Rut había enviudado del hijo de Noemí, aun así, decidió dejar su tierral, su
familia, su cultura y su origen para seguir cuidando de una mujer que lo había perdido
todo según lo resalta la Biblia en el
Libro de Rut capitulo 1 versículos 5-
18. Leamos lo que Rut le dijo a su suegra cuando ésta le pidió devolverse a su
tierra y a su familia.
16.- Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti;
porque a donde quiera que tu fueres, iré
yo, y donde quiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi
Dios.
17.- Donde tu murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga
Jehová, y aun me añada, que solo la muerte hará separación entre nosotras dos.
18.- Y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más.
Y a partir de ese momento esas
dos mujeres aplicaron el trabajo en equipo para salir adelante en Belén. La
Biblia registra que Rut por ser la joven del equipo se dedico a trabajar en los
campos de un hombre millonario llamado Booz, mientras que Noemí por ser la
anciana se quedaba en los quehaceres del hogar. Pero aun cuando Noemí logro
discernir por el Espíritu que Booz era el hombre que podía activar la ley de
redención; otra vez tuvieron que aplicar el poder del acuerdo para que
siguiendo ciertos rituales culturales hebreos, Rut pudiera ser vista por Booz
como una mujer digna del desposorio .Y lo lograron, ya que al final del relato
aparece en la escena Rut casada con el millonario hebreo Booz, y Noemí aparece
como la nana (abuela) del bebe de esta hermosa pareja de esposos.
El acuerdo
trae unión. Juntos podemos alcanzar grandes cosas. Juntos podemos lograr grandes hazañas. Para
Dios es tan importante el trabajo en equipo que aun nuestro organismo está
fundamentado sobre este principio de unidad. Cada uno de nuestros órganos
depende del otro para llevar a cabo su función. Todos están amalgamados, y
nuestros sistemas trabajan en función de un bien común. Por eso el Apóstol
Pablo resalta el poder del acuerdo y del trabajo en equipo usando los miembros
de nuestro cuerpo como marco referencial, para establecer el cuidado de los
miembros en el cuerpo de Cristo que es cada creyente en particular, haciendo
énfasis en que el trabajo que cada uno de nosotros realizamos es importante por
muy mínimo que éste sea y para enseñarnos a valorar a todos por igual.
Cuando el trabajo en equipo se
lleva a cabo perfectamente, lo que siempre resaltara será la unidad. En los
encuentros deportivos disfrutamos de nuestros equipos favoritos por el ánimo
que cada jugador le inyecta al grupo a la hora de salir a la cancha. Cuando ganan
o pierden, no se culpa a un jugador en particular; sino que todos se sienten
responsables del triunfo o la Victoria. Debemos de trabajar en función de
sentir hasta los tuétanos la responsabilidad de los triunfos o las derrotas en
nuestros propios equipos. Y creo que el primer equipo que debemos cuidar es la
Familia; nuestro hogar. Esta mañana el Señor mientras oraba muy de madrugada me
permitió ver uno de sus sueños para mi hogar. Y pude verme a mí de la mano con mi esposo acercándonos
juntos al trono del Señor. Por eso decidí escribir acerca de este tema y darle
por nombre a este articulo “Together” que en español significa “Juntos”. A
veces como matrimonio queremos separar a Dios o llevarlo a estar en la esquina
de uno de nosotros como nuestro entrenador para cuando empiece el primer round.
Y se nos olvida en nuestra soberbia que Dios nos ve como uno; no a uno solo.
Fue maravilloso ver esa visión porque ya mi esposo y yo ya habíamos decidido
hacer como el boxeador Panameño Roberto “mano e ´ piedra” Duran, que en medio
de la pelea se bajo del cuadrilátero y decidió no pelear más. Así hicimos
nosotros, y fue tan hermosa nuestra reconciliación que el Señor me muestra esa
visión de unidad. Y mientras preparaba el desayuno Él me seguía diciendo “La familia es mi empresa; es mi sueño, es
mi propósito, y al matrimonio lo establecí como gerencia. Aquí no funciona uno
como gerente y otro como supervisor o viceversa; sino que ambos son gerentes y
deben trabajar en equipo para que mi empresa siga siendo fructífera y bendita”.
Y como en el caso de Jonatán y su paje de armas, no importa si hoy estoy
adelante y mañana atrás; aquí lo importante es llevar a cabo el propósito de
Dios, hacerlo bien y entender que trabajamos en equipo por un bien común. De
igual forma debemos establecer este principio en nuestras áreas laborales dando ejemplo como hijos de Dios, y como meta
final, ocuparnos en mantener la unidad en el vínculo de la Paz dentro de
nuestras congregaciones.
Los iguales se juntan; es por ello que nosotros estamos dentro del
corazón de Dios como un solo cuerpo; una sola amada, pues Él nos creo en Cristo
Jesús, para que seamos como Él es.
Dios es uno; y espera que su
amada Iglesia también lo sea. Dios trabaja en equipo y espera que nosotros
hagamos lo mismo.
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Redacción: Ana Maria Melean
Diseño y Fotografía: Jesús Baldonedo