Mientras lavaba los platos del desayuno, pensaba en todo lo
que en este día debía hacer para que mi hogar continuara ordenado; y me dije a
mi misma: ¡que tremendo! Yo debería estar en estos momentos en mi habitación con
mi esposo disfrutando de una buena película, mas sin embargo, aquí estoy;
lavando los platos, pensando que debo hacer la comida de Docker -nuestro cachorro- aprovechar que llego agua para regar las
plantas del jardín, y; en ese momento recordé la palabra que le dijo Jesús a
sus discípulos “Mi Padre hasta ahora trabaja y Yo también trabajo” Juan 5:17
NBLH.
El único descanso del que se hace
mención de Dios en la Biblia fue al séptimo día después de haber ordenado la tierra y creado al hombre
según el libro de Génesis 2:2. Pero no imagino a Abba recostado descansando,
dejando de lado el resto de sus ocupaciones en la creación, porque aveces somos
tan ególatras que nos creemos únicos en un universo tan infinito. Creo
particularmente que en ese séptimo día Dios descanso de su labor en la Tierra,
pero continuó cumpliendo su responsabilidad como Señor del resto de sus criaturas
angélicas, como también del resto de las
otras galaxias y sistemas solares que existen en el universo. Por un momento me
visualicé dejando los platos en el fregadero, la comida de Docker en la nevera,
y las plantas sin regar para irme a cumplir con mi rol de ser humano y más aun,
de ama de casa merecedora de un descanso, metida en mi cama súper cómoda,
acobijada en el pecho de mi esposo, viendo una película relajadamente hasta que
el sueño viniera como hombre armado y me venciera. Pero ¡de repente! Tuve otra visión
en mi mente. Imagine a Docker pegado a la protección de mi puerta (donde suele
esperar cada mañana) con sus ojitos marrones apagaditos por causa del hambre, y
de su deseo de saborear su respectivo desayuno; ese que le sirvo cada mañana
desde hace 8 meses aproximadamente a la misma hora, y a mis hermosas plantas
entristecidas por causa de la aridez del suelo que recuerda lo escaso de la
lluvia y de los seis días de racionamiento del preciado liquido como lo es el
agua. Ellas tendrían que esperar otros seis días más y conformarse con solo unas
pocas gotas del recipiente que lleno con el agua de los aires acondicionado. ¡Créanme!
Tengo hermosas plantas en mi jardín que merecen más que unas pocas gotas de
agua diariamente. Es por ello que mientras quizás en muchos hogares a las nueve
de la mañana las personas estaban disfrutando de un merecido descanso, yo
estaba cumpliendo con mi obligación, con mi responsabilidad como ama de casa; y
es que es esa responsabilidad la que nos
insta hasta casi obligarnos a cuidar de aquellos que dependen de nosotros. Fácil
seria para mi, si mi cachorro tuviera la capacidad de prepararse su propio
desayuno, y mis plantas pudieran ir hasta el tanque del agua a beber y bañarse
¡que imaginación la mía! –me río de solo pensar que eso pudiera acontecer- .
Del mismo modo no imagino a este mundo sin la presencia de Dios porque éste se fue
de vacaciones y vienen a mi memoria fragmentos de la película Todopoderoso 1 y
de sus protagonistas Jim Carrey como el hombre que creía que siendo Dios haría mejor
el trabajo que el suponía Dios, no hacia; y a Morgan Freeman interpretando al
Dios que decidió irse de vacaciones y
dejar la tierra en manos del hombre (Jim) que lo primero que hizo en su rol
como Dios fue; cambiar su vestuario, su vehículo, y vengarse de todos los que
en el pasado le habían avergonzado y en conclusión, la tierra cayó en un
completo caos. Ahora bien; no imagino lo
que hubiera pasado si también éste hombre toma el control de todo el universo.
Son muchos los seres humanos que no se dan por enterado de todo el bien que les
rodea por el simple hecho de que Dios esté hasta ahora trabajando. Ayer veía la
película “Dioses de Egipto” que personificaba a las deidades egipcias como
hombres que cuidaban del imperio a favor de esos mortales, cada uno en su rol;
claro, como era una película de ficción, me llamo la atención que la máxima deidad
llamada Ra, era el único que estaba fuera del planeta tierra y su trabajo era
vigilar sobre esos mortales, y cada vez que se acercaba la presencia de una
nube negra que venía a producir caos en la tierra; esta deidad asumía su rol de
padre de todos y máxima autoridad y con
sus bolas de fuego atacaba a esta nube hasta hacerla huir. Y aunque estoy clara
que es una película de ficción producida por sutiles filosofías paganas, el Espíritu
Santo me ministraba acerca del rol que el Padre tiene en su Reino, y me
alegraba al recordar que así esta Abba hasta ahora, guardando a la humanidad y
a su creación de muchos males, que de no reprenderlos él; ya habrían destruido
éste planeta. La Biblia dice en el Salmo 121:4 “Porque no se adormece, ni
duerme el que guarda a Israel” Hay tanto a nivel físico y espiritual que
dependen de la soberanía y del esfuerzo laboral de Dios. ¡Qué bueno que Dios no
es como nosotros! No me imagino a Dios hablando con Jesús y con el Espíritu
Santo acerca de lo duro que es trabajar para que el ser humano este cómodo y
protegido –aunque éste no lo discierna, ni lo valore- y tomando la decisión de
brindarse unas merecidas vacaciones. Si eso llegara a acontecer, mi oración sería:
“Llévame Señor, porque es mejor estar en tu Reino custodiado por ángeles leales,
que en una tierra cubierta de tanta deslealtad”. Y como dice un viejo dicho muy
popular “cuando el gato no está, los ratones hacen fiesta” si Dios se fuera de
vacaciones, no bastarían todas las fabricas para elaborar trampas para ratones,
ni tantos exterminadores. Y cuando hablo de roedores, no me refiero al ser
humano que no es más que, víctima o en muchos casos marionetas de seres malévolos,
que operan desde afuera; sino, precisamente a esas fuerzas oscuras que emplean
su capacidad de inducción y manipulación para destruir la hermosura de la creación
de Dios, y entre ellos su mayor objetivo es el hombre.
Si Dios se fuera de vacaciones veríamos
su ausencia reflejada en los grandes árboles con el color de sus hojas tenues
por la tristeza; veríamos a las aves volar sin sentido y cuyos cantos serian
como profundos lamentos. No habría nubes
oscuras en el cielo, porque el sol decaído dejó de brillar y de evaporar con sus
rayos el agua de ríos, mares y lagos. La brisa ya no vendría a juguetear con
los seres humanos, ni a golpear de manera tan delicada nuestros rostros refrescándolos.
Si Dios se fuera de vacaciones no habría noches estrelladas, porque los
luceritos decidieron no reír en la oscuridad, y la luna solidaria no se pondría su fulgor
como traje de gala. Si Dios se fuera de vacaciones el campo seria estéril
porque el que da la semilla no está. El búfalo perdería su fuerza y el hombre lamentaría
y gemiría en la tierra por falta del pan que es su alimento. El hielo se derretiría
dejaría
de sorprender con los prismas que produce en las noches heladas. Si Dios se
fuera de vacaciones no habría nacimientos, ni se escucharían los llantos del
nuevo ser. No habría canción de amores en los talamos nupciales, y las canas
plateadas perderían su brillo en la cabeza de los que se preparan a partir a un
largo y maravilloso viaje.
Si Dios se fuera de vacaciones,
éste articulo no existiría ni yo sería su eterna enamorada. Sin embargo; aun
miro a mi alrededor la belleza de mis plantas en el jardín disfrutando del
agua, y de la tierra mojada; veo a Docker durmiendo a mis pies, satisfecho,
luego de haber disfrutado de un rico desayuno, observo mi casa limpia y
ordenada, escucho el hermosos canto de las aves que se pasean por los aires de
mi casa de campo, y me complace saber que muchos hombres y mujeres están en sus
hogares realizando alguna labor en particular. ¡Qué bueno!
El saber que hay
actividad en la Tierra me recuerda que Dios siempre está ocupado.
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Redacción: Ana Maria Melean
Diseño y Fotografía: Jesús Baldonedo