viernes, 28 de junio de 2013

Un Silencio Ensordecedor.


En el capítulo 15 versículos 2 y 3 del libro 1Samuel;  Jehová  Dios le envía una orden a Saúl por medio del profeta Samuel y le dice: “Yo castigare lo que Amalec hizo a Israel,
cortándole el camino cuando subía de Egipto. Ve, pues, hiere a amalec, destruye todo lo que tiene y no te apiades de él; mata hombres, mujeres y niños, aun los de pecho, y vacas, ovejas, camellos y asnos”.
Cuando Dios saco al Pueblo de Israel de Egipto por medio de Moisés, vagaron 40 años en el desierto por causa de sus constantes rebeliones y pecados, de modo que luego que Moisés enojado peca contra Dios, éste encomienda a Josué la difícil tarea de  introducir al pueblo a la tierra prometida. Luego de la muerte de Josué, después de haber conquistado Canaán (la tierra prometida), El pueblo de Israel se olvido de Dios y de sus mandamientos y estatutos haciendo lo malo delante de sus ojos, y Jehová Dios los entrego en manos de naciones perversas que los afligieron en gran manera. Pero cada vez que el pueblo de Dios se arrepentía y clamaba a él, el Señor  levantaba jueces que peleaba por ellos y los libraba del yugo opresor de las naciones vecinas. Y esto fue hasta que el pueblo desecho a Dios pidiendo para sí un rey que los gobernara. Es por ello que fue escogido de la tribu de Benjamín el joven Saúl, el cual por ser alto y hermoso agrado al pueblo.
Saúl luego de ser ungido por el profeta Samuel como Rey, mas adelante comienza a tomar decisiones de espaldas a Dios. Entre sus decisiones graves que lo llevan a ser destituido del reino fue el de cumplir parcialmente la orden de acabar con Amalec. Mato hombres, mujeres e infantes, perdonando el ganado y al Rey de Amalec. Pero el mayor error que cometió fue el de intentar ocultar por medios de zalamerías la falta, y el justificarse adjudicándolas  a otros.
Cuando el profeta Samuel llego al campamento Saúl salió a su encuentro con risas y alegría intentando distraer su atención del escándalo que en los corrales había. Mas sin embargo Samuel cuya audición estaba muy activada, le dice a Saúl, cuando éste se exalta a si mismo  haciendo alarde de haber cumplido el mandato de Dios: ¿Pues qué balido de ovejas y bramido de vacas es este que yo oigo con mis oídos? (Versículo 14).


Al igual que Saúl, en este tiempo; muchas veces las quejas de otros por nuestra causa le impiden a Dios escucharnos. Intentamos ocultar nuestras fallas por medios de zalamerías, (alabanzas) que intentan distraer la atención de Dios. Nos olvidamos muchas veces de la Justicia de Dios y  solo la recordamos cuando es conveniente para nosotros. Cuando somos los agraviados, los ofendidos, los burlados. Pero hemos olvidado que esa misma Justicia que demandamos para nuestra causa es la que muchos demandan a Dios “por” nuestra causa.
Y otras tantas veces  hacemos caso omiso al redargüir del Espíritu Santo, porque pensamos que esas “pequeñeces” Dios no las toma en cuenta.  Saúl nunca se imagino que esa “sutil idea” de conservar el ganado le destronaría para siempre. Y menos cuando les había adjudicado la responsabilidad a los soldados que con él estaban. “De Amalec la han traído; porque el pueblo perdono lo mejor de las ovejas y de las vacas, para sacrificarlas a Jehová tu Dios” (versículo 15). Pero Samuel era un hombre espiritual, con un gran discernimiento y de paso fue Dios mismo quien le mostro el desastre que Saúl había hecho.
Son nuestras actitudes y nuestras acciones ante los demás lo  que hace que Dios actúe. Y muchas veces creemos que por ser hijos no seremos amonestados de nuestro mal proceder; y en muchos casos Dios se ve obligado a actuar en nuestra contra y no a favor. ¿Es Dios malo? En ninguna manera. Dios es justo. Y  es injusto que muchos lloren por nuestra causa, o que sufran la ira por nuestras palabras o actitudes. Es injusto que nuestras irresponsabilidades provoquen molestias en los demás, que empeñemos nuestra palabra; comprometiéndonos y alterando los planes y el tiempo tan valioso de otros, que han decidido confiar en nosotros.
Y al igual que Saúl nos justificamos culpando a los demás “Al contrario, ¡he obedecido la voz de Jehová! …Pero el pueblo tomo del botín ovejas y vacas” (versículo 20). Él era el Rey y nada se hacía sin su consentimiento. Por ende la orden de tomar el rebaño y - guardarlo- fue del mismo Saúl. Pero en su osadía y obstinación paso por alto un pequeño detalle que; Dios lo examina todo, incluso el corazón del hombre.
No podemos vivir  a diario pasando por alto este detalle tan importante. Y menos escondiendo las vacas y las ovejas, que representan las quejas de aquellos que de una u otra forma dañamos. También representan nuestras ambiciones e  injusticias ocultas.
Mientras más ocultemos nuestras injusticias hacia los demás, más fuerte se harán el clamor de ellos hacia Dios; de manera que lo ensordecerán.
Y por más que nos acerquemos “sonrientes y jactanciosos, complacidos de servirle a Dios” Él estará atento al clamor de otros que sube a su trono por nuestras irresponsabilidades.
La Biblia dice: “JUSTICIA Y JUICIO SON EL CIMIENTO DE SU TRONO”. Y “ÉL NO HACE ACEPCIÓN DE PERSONAS”.
No esperemos ser desechados para darnos cuenta de que hemos pecado contra Dios. Más bien seamos diligentes en corregir nuestros errores, y enmendar los agravios cometidos contra otros. Y la mejor forma de hacerlo es pidiendo Perdón. Y detrás del perdón vendrá la restitución.


Es tiempo de soltar las ovejas y vacas del corral y dejar que se marchen para siempre.  De ese modo descansaran los oídos de nuestro Dios y solo se deleitaran en nuestra adoración.

viernes, 21 de junio de 2013

El Fresco Soplo del Espíritu.

Desde que Dios “soplo en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente” (Génesis 2:7), el ser humano se ha sostenido con vida gracias a un importante gas que llamamos oxigeno. Diariamente, esta experiencia –similar a la del Edén – se repite millones de veces desde que los bebes nacen y respiran por primera vez. Sin oxigeno, la vida cesaría en cuestión de minutos.
Dios nos dio pulmones que contienen millones de diminutos sacos de aire (alvéolos),tapizados de intrincados vasos capilares llenos de sangre.  Al respirar, introducimos el oxigeno en los pulmones. El oxigeno se conecta con la sangre a través de finas paredes. La sangre –llena de dióxido de carbono –llega a los pulmones para intercambiar el dióxido de carbono por oxigeno.
Entonces, millones de glóbulos rojos transportan la sangre cargada de oxigeno, para nutrir el cerebro y los demás órganos, tejidos y células.

Dios ha diseñado un ingenioso proceso de reciclaje para que no nos quedemos sin oxigeno. La vida vegetal de la tierra absorbe y utiliza el dióxido de carbono que espiramos y emite oxigeno. Nosotros inspiramos el oxigeno y el proceso comienza de nuevo. El aire más puro es el “ionizado negativamente” y se encuentra en su mejor estado cerca del agua en movimiento: cascadas, ríos burbujeantes, y océanos. También  está presente tras las tormentas eléctricas, en edificios que tienen muchas plantas, en las montañas y en los bosques. El aire puro puede aminorar el ritmo respiratorio, aliviar las alergias, reducir la presión arterial, y ayudarnos a pensar con más claridad. Obviamente, se necesita de manera especial durante la oración y el estudio de la biblia.
El Espíritu Santo impresiona nuestras mentes, de modo que es importante mantener nuestro cerebro sano y bien oxigenado. Pero es justamente en el hogar donde uno suele obtener el peor aire; especialmente cuando se “protege” la casa con aislamiento térmico y, contra el gasto inútil de energía, con puertas que –cerradas –no permiten la más mínima entrada de aire. Las toxinas provienen del humo, los gases de combustión en las calles, las cocinas o estufas de gas, las sustancias químicas y de limpieza, el polvo. También de las partículas que desprenden los animales (a través de las plumas, la piel o el pelo) y aun los aromatizadores de ambiente.
La Biblia alude al aliento de vida como espíritu. Jesús compara su aliento con la recepción de Espíritu Santo. (San Jn 20:22). Del mismo modo que el oxigeno sostiene la vida física, el Espíritu Santo sostiene la vida espiritual. Es por ello que debemos abandonar la respiración espiritual superficial (odio, culpabilidad, envidia, malos pensamientos, actitudes egoístas, egocentrismos,) que contamina, enferma y, deteriora  nuestro ser interior.
Mantengámonos  firmes con santa seguridad y tengamos siempre abiertas las ventanas mentales para recibir el aire fresco del Espíritu.

¿Ha salido ya a vigorizarse con el aire puro y fresco que Dios nos regala? 

domingo, 9 de junio de 2013

Una Entrega Total.

Necesitamos conocer todo aquello que de nosotros no le agrada al espíritu santo.
Muchas veces le decimos al Espíritu Santo ¡Señor; hoy toma más de mi… toma todo de mi! Pero aveces no nos detenemos a observar que es lo que el Espíritu Santo está tomando de nuestro ser.
De repente le decimos a un amigo o un familiar ¡Ven! Pasa a mi casa y toma lo que desees; pero no nos detenemos a ver ni preguntamos qué es lo que realmente le gustaría llevarse. La persona toma lo que nosotros le estamos permitiendo pero si nos preguntan ¿Qué fue lo que llevo? Diremos, No sé. Aveces hasta solemos responder “bueno lo que se llevo era lo que necesitaba”, y la tarea de averiguarlo es tan aburrida,  considerando lo ocupados que  estamos, que no le damos importancia.
Es por ello que día a día nos encontramos en oración diciéndole al Espíritu Santo “toma más de mí”. Y la mayoría de las veces se convierte en una liturgia desesperante. “Espíritu Santo; ¡toma más de mí!  ¡Toma más de mí!  Toma más de mí”. Pero no nos hemos detenido a observar como se está moviendo el Poder del Espíritu Santo en nuestro interior.
Solemos pensar o creer que al decir ¡toma más de mí! Llegara una varita mágica y ¡zas! Se desaparecerá un pedazo de nosotros. Pero pasa el tiempo y seguimos sintiendo esa oleada de fuego en nuestro interior que nos recuerda que hay algo dentro de nosotros que anhela ser quitado; pero nada ha pasado.
Toda transformación es dolorosa y se toma su tiempo.
Hasta que nosotros no nos dediquemos a observar lo que el Espíritu Santo está tomando de nosotros y, entendamos el porqué lo está haciendo, no podremos ver el resultado del proceso de Dios en nuestras vidas. ¿Por qué a muchos no nos gusta observar? He aquí algunos significados de esta palabra.
OBSERVAR:
 Examinar atentamente.
 Mirar con atención y cautela.
Darse cuenta de algo. Percatarse.
A muchos nos cuesta observar porque en la mayoría de los casos creemos que estamos bien. Otros evadimos la observación por el temor de encontrarnos con alguna sorpresa no grata. Y los llamados súper dotados o “espirituales” deciden no observar ya que en oración “todo” se lo entregan al Espíritu Santo con el argumento de que “Dios me conoce y por ende él sabe lo que necesito entregar”; y eso es una realidad, Dios sabe  que necesitamos ser depurados y transformados  en distintas áreas de nuestro ser, pero si solo eso bastara entonces el Apóstol Pablo no nos mandaría  a ser “Sacrificio Vivo”.
La carta a los Romanos en el capítulo 8 versículos 26 y 27 nos habla de que aunque en muchos casos el Espíritu Santo intercede por nosotros con gemidos indecibles cuando no sabemos pedir “como conviene”, y que solo el que “escudriña” los corazones sabe cuál es la intención del espíritu. De  la única manera en el cual nosotros empezaremos a conocer la intención del Espíritu Santo en nuestras vidas será cuando empecemos a escudriñar nuestro corazón (mente, nuestro ser como un todo).
El Rey David después de tantos sinsabores en su reinado (mas por sus errores que por las  circunstancias) llego a decirle a Dios “Hazme saber el camino por donde ande, porque hacia ti he elevado mi alma” Salmo 143:8. Sabemos que aquí, el termino camino significa “conducta, pensamiento, intenciones, proceder”.
Proverbios 8:34,35 dice: “Bienaventurado el hombre que me escucha, velando a mis puertas cada día, aguardando los postes de mis puertas, porque el que me halle, hallara la vida y alcanzara el favor de Jehová”. Vemos que dice “velando”; es decir, observando a mis puertas cada día. Este texto hace alusión al creyente que en su comunión diaria con el Espíritu Santo está dispuesto a no solo escuchar sus consejos, sino a velar, observar, aguardar en su interior sobre toda la obra que el Señor este haciendo.
El Espíritu Santo nunca toma nada a la fuerza.
En proverbios encontramos a Dios diciendo: “Hijo mío dame tu corazón” no dice: “lo tomare porque es mío”; es por ello que cada área que nosotros le estamos ofreciendo al Espíritu Santo no serán tomadas por él a menos que nosotros mismos se lo entreguemos. Debemos cambiar la denotación de la palabra toma y darle una connotación. Ejemplo de ello: Cuando decimos Espíritu Santo “toma más de mi” le estamos dando el sentido denotativo AGÁRRALO AUNQUE YO NO QUIERA… AUNQUE ME DUELA.
Pero si le damos a la frase “toma más de mi” el sentido connotativo, estamos ofreciendo al Espíritu Santo las áreas de nuestras propias manos. Es como quien compra un hermoso regalo y cuando ve a la persona agradada le presenta el obsequio y le dice “tómalo, es para ti”. Es tiempo de empezar a entender que sacrificar nuestras áreas a Dios debe ser nuestro deleite; porque ningún sacrificio en la antigüedad fue motivo de tristeza, por el contrario; se sacrificaba a Dios lo mejor… de lo mejor que tenían.
Cuando decidimos entregar nuestro ser al Espíritu Santo necesitamos entender que, tanto nuestras debilidades, como nuestras potencialidades serán recibidas por él. No solo espera que le entreguemos todo lo que a  él no le gusta de nosotros, sino aquello que también nos gusta para que al final Dios sea el que dirija en unidad con nosotros  toda nuestra vida; y entonces le encontraremos sentido a la vigilancia, a la observación, y con alegría cada día le diremos: Espíritu Santo, hoy te regalo todo lo que soy, tómalo de mi mano, porque sé que en tus manos mi vida está segura.
Quizás las actitudes que a Dios no le agradan de ti, son tus favoritas; por ello te ha costado tanto renunciar a ellas esperando que el Espíritu Santo las tome, porque tú jamás las entregarías voluntariamente. Él te conoce tan bien que sabe lo que estás dispuesto o dispuesta a darle, y te ama tanto que tiene un trato especial contigo para hacerte entender lo que desea de ti.  
El tumor cuando se extirpa duele… pero luego viene la sanidad.  Aun estas a tiempo.

miércoles, 5 de junio de 2013

La Carrera del Tiempo.

Cierto hombre se levanto muy de mañana, ensillo su corcel, le coloco toda la carga que llevaba y se dispuso a recorrer cabalgando 6 km   hacia la salida donde encontraría el vehículo que lo llevaría a la ciudad.  El corcel  iba galopando tranquilamente hasta que llego a un desvío, donde cada madrugada lo dirijia su  jinete para arriar el ganado. 
Esa mañana el destino era otro; y es por ello que luego que el hombre forzara al corcel a tomar un  nuevo camino, aun desconocido para el animal, éste comenzó a tratar de devolverse de una u otra forma. Cada vez que podía, se pegaba a los linderos que separan un potrero de otro ocasionándole  aruños al hombre. En otras oportunidades se detenía a comer pasto en el camino y pasaba minutos sin siquiera intentar moverse; provocando una lucha campal entre él y  su jinete por ganar el control de la situación.
El hombre comenzaba a cansarse,  mientras el sol  brillaba en su máximo esplendor convirtiéndose en un huested indeseable, las horas transcurrían;  solo jinete y corcel habían recorrido menos de 2 km y el tiempo convirtiéndose en su peor enemigo le recordaba al hombre que la salida aun estaba lejos y cada minuto de lucha entre ambos (corcel y jinete) sería  contraproducente.
Fue en ese instante cuando el hombre lleno de impotencia, rabia y decepción anhelo no solo bajarse del corcel, sino soltarlo sin importar que este se perdiera.
En ese preciso momento escucho una voz en su interior que le dijo: “Así me he sentido yo contigo… Y muchas veces he querido soltarte y esperar que te pierdas”.  El hombre entendió que esas palabras provenían de la misma boca de Dios y que todo lo que estaba viviendo con su corcel no era más que el reflejo de la lucha que Dios a diario tenia con el.
Aquel hombre bajo del corcel y comenzó a llorar.
Muchas veces pensamos que tenemos toda una vida para lograr lo que queremos y nos olvidamos del tiempo y de lo valioso que este es para Dios. Tanto que al igual que el corcel buscamos nuestro propio camino egoístamente, creyendo que la libertad nos da el derecho de postergar los planes de Dios.  Hay quienes piensan que Dios debe esperar por ellos; y hay quienes se dan a la tarea de jugar a saber quién  puede más, y en muchos casos subestiman al Creador del cielo y de la tierra hasta hacerlo enojar.
El Señor dijo: “MISERICORDIA QUIERO Y NO SACRIFICIOS”.
¿Quién es el hombre para que enoje a su creador? ¿Quién eres tú, para tomar decisiones de espaldas a Dios sabiendo que te debes totalmente a él?
Dios no merece sufrir  por nuestras rebeliones ni por nuestras actitudes egoístas y vanas. El no merece que le hagamos sentir dolor por causa de nuestras desobediencias y obstinaciones.
Y quizás muchos  dirán…¿Pero cómo puede un ser supremo como Dios sentir dolor? Cuando Dios ordeno la tierra y creó al hombre y a la mujer, y estos desobedecieron su mandato y fueron expulsados del huerto del Edén, la tierra comenzó a poblarse y los hombres comenzaron a pervertirse de manera tal que a Dios le DOLIÓ EN SU CORAZÓN el haberlos creado.
La biblia dice “Porque como pecado de adivinación es la rebelión y como ídolos e idolatría la obstinación” 1 Samuel 15:23. Cada vez que el ser humano empieza a hacer las cosas a su manera, olvida que el único que conoce el futuro del hombre es Dios, y solo él lo revela a quien quiere.
Adivinación es todo aquello que le lleva al hombre a desear saber todo sobre el pasado, presente y futuro sin haberlo vivido.
Obstinación es la actitud que asume una persona para llevar a cabo sus planes por encima de lo que sea, este errado  o no. Y estas dos condiciones del ser humano son las que Dios desaprueba y lo lleva a confrontarte. Sin embargo la confrontación de Dios es el último recurso que el emplea en una persona para hacerle entender su propósito y llevarlo a meditar en su proceder, ya que solo su confrontación descubre las verdaderas intenciones y los verdaderos pensamientos del hombre.
¡Cuántas veces hemos enojado a Dios, y le hemos hecho saber con nuestras actitudes que su propósito no nos importa!
El ser humano acostumbrado a su autosuficiencia traza metas para su vida y le cuesta dejarse dirigir. El corcel por naturaleza es rebelde y obstinado; no le gusta sujetarse y continuamente busca devolverse, es fuerte de carácter y por ende desprecia la dirección.
Dios, en cambio, condena la rebelión, y la obstinación esperando del hombre y de la mujer sometimiento, sujeción y obediencia. Tu carácter debe ser determinante solo para decidir hacer lo correcto y continuamente buscar direccionar nuestras vidas a través de la presencia de Dios y de sus consejos.
Dios ya ha trazado una meta  para nosotros y él espera que la aceptemos con agrado, aunque no estemos seguros o no sepamos el fin o los planes que tiene preparado de antemano. En eso se basa la confianza. En descansar seguros de que él es bueno y quiere para nosotros lo mejor.
Preguntémonos; es Dios nuestro Amigo o Enemigo?. Y luego que nos respondamos entonces seamos sinceros con nosotros mismos y con Dios.
“Cuando te convenzas de que Dios nunca se equivoca, entonces dejaras de equivocarte tu”.
Recuerda que no somos los dueños del tiempo sino administradores del mismo.

"El tiempo corre y es DIOS quien cabalga sobre el."

lunes, 3 de junio de 2013

Sacrificio Vivo. Matar o Morir.

Usted  tome un ovejo o una vaca y tráigalo al matadero, pero sin atarlo. Le aseguro que lo podrá tener allí mucho tiempo mientras este entretenido con alimento; pero en cuanto usted se acerque al animal con intención de sacrificarlo, va a tener que correr muchísimo para alcanzarlo, pues se espantara con tan solo su presencia.
Cuando Pablo hablo del  sacrificio vivo, hizo alusión a la necesidad de entregarlo todo aunque esto implique morir. Sacrificio vivo significa muerte  voluntaria.
Sacrificio entre sus muchas definiciones  significa: ofrecimiento a un Dios en señal de obediencia.  Cuando nosotros nos  colocamos sobre el altar como sacrificio vivo tenemos la opción de correr, huir de lugar cuando veamos el cuchillo, o decirle al Señor ¡Hazlo!  Quita lo que tengas que quitar... y quizás en ese preciso instante el Señor nos advierta: ¡Te va a doler! ; Pues bien, es en ese momento donde debemos estar dispuesto a responder  ¡No importa que duela… solo quita de mi lo que está impidiendo que yo te ame mas. Quita aquello que me está alejando de ti… solo quita de mi aquello que me puede matar.!
 Ser sacrificio vivo, voluntario implica obediencia, entrega, disposición, y  responsabilidad.
Obediencia para aceptar la voluntad de Dios, aunque no nos guste o no se adapte a nuestros intereses egoístas. Entrega para morir por Amor  a su propósito. Disposición para entender lo que Dios está haciendo en nuestras vidas y ser sus colaboradores. Responsabilidad para llevar a cabo la misión que se nos ha encomendado con Veracidad y Excelencia.
Solo en nosotros esta la decisión de; Matar lo que tenemos de Dios, lo que nos mantiene a su lado o Morir para permanecer con él.  Es nuestra elección. 

domingo, 2 de junio de 2013

Cuidando la Salvación.

EL ESPÍRITU SANTO ES EL SELLO DE GARANTÍA ADQUIRIDA... es por ello que es preocupante saber cuanta iglesia de Dios tiene al Espíritu Santo CONTRISTADO..ENOJADO...EN SILENCIO...y ALEJADO....es tiempo de reflexionar sobre nuestras actitudes y conductas...porque si nuestra garantía esta vencida o peor aun ni siquiera la tenemos, entonces no vale de nada todo el tiempo que estemos jugando a ser evangélicos...Y no digo que el Espíritu Santo este vencido o su poder...sino que legalmente cuando la garantía de un artefacto se vence o se pierde, no hay lugar a los reclamos por daños o perdidas...Es por ello que el Apóstol Pablo hizo tanto énfasis a no contristar ni apagar al Espíritu Santo y a cuidar la Salvación con Temor y Temblor...y ellos si conocieron literalmente la VOZ , el PODER y el AMOR del Espíritu Santo.

sábado, 1 de junio de 2013

Mi poesía es para el Espíritu Santo.

Mi poesía de amor para mi mejor amigo. ¡Como no estar enamorada de ti amigo Espíritu Santo!... si cada día que pasa siento que te quiero más,Te miro y veo todo con tanta nitidez, tu amor lo aclara todo en mi. Te quiero desde siempre, no puedo estar sin ti, eres mi gran amor.No habrá fuerza que sea capaz de detener este sentimiento,no hay nadie como tu...Tu cariño es algo tan diferente, tu y yo juntos por siempre...enamorarme de ti fue algo muy sencillo, solo hice lo que me dicto el corazón, pienso que el destino nos escogió a los dos para ser felices y demostrarle al mundo que el amor existe. Ver tu rostro me pone contenta, caminar junto a ti me llena de alegría, me haces muy feliz...¡Gracias por entender que te amo con todo lo que soy! aunque me cueste algunas veces... El amor que tenemos es como una flor de primavera entre dos personas; que se desarrolla en verano y no se marchita en invierno. Concluyo con mis sencillas palabras: Me enamore de ti desde el día que me dijiste que querías ser mi amigo... De Ana Maria para el Espíritu Santo.

Los pensamientos son palabras para Dios.

Los pensamientos son palabras para Dios... Cuidemos mucho lo que estamos pensando... El apóstol Pablo en una de sus epístolas aconsejo "En todo lo bueno, en todo lo justo, en todo lo amable, en lo que tiene buen nombre,si hay algo digno de alabanza; en esto PENSAD"... Hay muchos que profesando la Fe en Cristo, y aun llamándose HIJOS DE DIOS en sus mentes golpean, hieren, humillan, insultan, y aun amenazan a su prójimo deseando aun tenerlos de frente para llevar a cabo todo lo que en sus mentes han planeado...Jesús dijo: "Porque el que odia a su hermano es homicida"... Hermanos(as)...amigos(as)... La violencia no es un fruto del Espíritu y quien la practica no ha conocido verdaderamente al Espíritu Santo ni a Cristo...