viernes, 1 de junio de 2018

Trasladados.


Es increíble imaginar todo el mal que puede sobrevenir por tan solo una desobediencia. Meditaba yo acerca de la famosa cadena alimenticia del reino animal, y pude entender el porqué  de la agresividad de los animales, y recordé lo que la biblia dice de ello. En el libro Génesis  capitulo 1 versículos 29 al 31 se especifica claramente el plan de alimentación de Dios. 29.- Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está  sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. 30.- Y a toda bestia  de la tierra,  y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así. 31.- Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el sexto día.
Entonces; aquí tenemos el primer indicio de que la llamada cadena alimenticia no fue un plan de Dios; sino la consecuencia de una maldición producida por la desobediencia de un hombre y una mujer. Cuando Dios les exhorta por el error cometido en el huerto de Edén, les dice claramente “Maldita será la tierra por tu causa” Génesis 3:17. Ahora esa tierra hermosa, verde y húmeda que Dios había preparado para el hombre y la mujer, se tornaría con el pasar del tiempo en una tierra incolora, árida e improductiva; pues en los planes de Dios el espino y los abrojos nunca estuvieron, pero ahora por causa de ellos la tierra estaba obligada a alterar su producción.  La ventaja que nos regala la historia es que; nos permite conocer el porqué de las cosas que nos suceden, y el cómo se puede modificar.  En el huerto muchas cosas fueron alteradas, entre ellos la alimentación, la paz y las relaciones interpersonales.  Me llama mucho la atención esta verdad que había pasado desapercibida por mis ojos por muchísimos años, y es que no solo Adán y Eva fueron echados del huerto, sino también los animales que Dios había creado para hacerle compañía a él y lo mantuvieran ocupado. Imagino por un momento a Adán y a Eva mirando todo lo que dejaban atrás, los árboles frutales, el verdor y el olor de los pastos humedecidos por los cuatro grandes ríos que regaban el huerto, y la paz que les producía el estar ahí. Ahora todo sería diferente; tendrían que enfrentarse a una serie de eventos propios de una tierra maldita, es decir; las plantas desconocidas hasta ese momento para el hombre, la agresividad de los animales y las bestias que Dios había creado, en las cuales estuvo el temor de Adán cuando era señor de esa creación, pero que ahora esas bestias desconocerían por causa de la caída, y  por supuesto el molesto sudor  que extrapolaría el mal humor propio de una naturaleza pecaminosa. Es increíble pensar como de la noche a la mañana se puede pasar de un estado de confort a uno de angustia y dolor, pasar de la riqueza literal a la pobreza inminente. Es como pasar de ser el dueño de tu propia empresa para ser el empleado de alguien más, devengando un salario mínimo para completar. Y es que no solo el hombre estaba en esa penosa situación, sino los animales también, ya que se  acababa la paz para toda la creación, porque ahora se despertaría el instinto asesino en los animales que les obligaría a declarar entre ellos mismos la cacería por la supervivencia. Y no solo entre ellos como reino animal, sino que ahora la guerra era entre animales-humanos, y viceversa. Más tarde el hombre terminaría cazando la vida de los de su raza por envidia, odio y placer como les aconteció a los dos hijos de Adán según lo relata el libro Génesis de la biblia en su capítulo 4 versículo 8 “Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levanto contra su hermano Abel, y lo mato.” De ahí en adelante el homicidio fue el pan de cada día en la vida de los hombres que habitaban la tierra, hasta que Dios en su dolor y justicia trajo el diluvio y quito de la faz de la tierra a los animales y a los humanos; ¿Por qué? Porque como lo describe el apóstol Pablo en la epístola a los romanos “los hombres conociendo a Dios no lo honraron, sino que detuvieron con injusticia la verdad, no le glorificaron ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible  en semejanzas de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles; deshonraron entre si sus propios cuerpos, honrando a las criaturas antes que al creador de ellos”(Romanos 1:18-25)  pero en cuya infinita misericordia decidió escoger a un hombre y una mujer, con sus hijos y nueras, y un par de animales de cada especie para llenar la tierra que él había inundado. Por eso;  hoy más que nunca estoy convencida de que, por mucho que la inundación toque nuestras vidas, Dios siempre tiene un plan. Si es cierto, que Dios le daba a la raza humana la oportunidad de caminar con Él en el principio de la obediencia, también es cierto que la raza humana tendría que aprender a amar y a temer a Dios en un mundo bajo maldición.
Dios restaura su comunión con la raza humana nuevamente, reanudando el pacto adámico que hizo en el huerto de Edén y concediéndole dicho pacto a Noé, según la biblia en el libro Génesis capitulo 9 versículos 1 al 3.  1.- Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra. 2.- El temor y el miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del mar; en vuestras manos son entregados. 3.- Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento, así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo. Ahora bien; en el proceso de repoblar el orden creado que Dios había juzgado con destrucción, Noé se encontró  con un nuevo mundo, en el que la longevidad de la vida humana comenzó de inmediato a disminuir, ya que la tierra estaba sometida a tempestades y a un clima severo, calor-frio, actividad sísmica y desastres naturales. Por otra parte la relación del hombre con los animales parece haber sufrido un cambio, en cuanto a que el hombre queda libre para comer animales para su sustento.
De una u otra razón, ya la vida en la tierra cada día se alejaba mas del orden original que Dios estableció en  Edén, y es ahí cuando Dios se plantea un plan magnifico. El traslado del hombre de la condición inestable y pecaminosa a la condición de hijo. Entendía yo esta mañana mientras meditaba en el edén, que cuan imprescindible es salir de un estado desordenado para establecernos en el orden requerido. Al pueblo de Israel Dios tuvo que trasladarlos del mayor imperio de ese entonces llamado Egipto, para que dejaran de verse, pensar y actuar como esclavos; y se determinaran a cumplir el propósito de Dios de ser dueños de una tierra que se les había heredado. Entendemos que como seres humanos somos muy habituales, es parte de nuestra esencia, que por demás nos fue heredada de nuestros padres y antepasados, lo cual nos hace vivir de acuerdo a patrones conductuales mas en decadencia que en fructificación. 

Es por ello, que la idea de ser trasladados, que se origino en la mente de Dios y cuya ejecución se estableció en la cruz del calvario; marco por todas las edades un antes y un después para toda la raza humana y para toda la creación universal. En la biblia el apóstol Pablo le escribe a la iglesia que está en Colosas lo siguiente: “El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados” Colosenses 1:13-14. De eso se trata la vida nueva en Cristo Jesús; y es maravilloso cuando nos apercibimos de este regalo que Dios nos dio como seres humanos. ¿Cómo crees tú que se siente un indigente; que vive debajo de un puente, mal oliente y hambriento; cuando un hombre muy rico se le acerca y lo traslada a una mansión donde será bañado, vestido, perfumado, y alimentado correcta y abundantemente? Ahora ahondando un poco más, imaginemos la diferencia de estar en un lugar expuesto al peligro de su entorno, de la enfermedad y hasta la muerte, en comparación con la seguridad, y la paz que te está brindando un adecuado traslado; que por demás  todo ser humano no importando su status social  desea, merece y necesita.  Y tú, amado lector quizás te dirás; ¡nunca he sido un mendigo!  O ¡estoy en la cúspide de mi carrera!; pero te pregunto: ¿Eres feliz? ¿Te levantas cada mañana con una sensación de que te falta algo, pero no sabes qué es? ¿Sientes que tu mundo está al revés? Te tengo la respuesta. Necesitas el traslado. Y solo Cristo Jesús puede llevarte al lugar que el diseño para ti; de vuelta al Edén al cual pertenecemos, donde hay paz, alimentación sana y balanceada, donde tu relación con Dios es restaurada. Dice la biblia en el libro Colosenses capitulo 1 versículos 15 al 22 lo siguiente: “Él (Cristo) es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, porque en él  fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en el subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos; para que en todo tenga la preeminencia; por cuanto agrado al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos; haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. Y a vosotros (la raza humana) también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él, si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo, del cual yo Pablo fui hecho ministro” Que maravillosa noticia les da este apóstol a los hombres y mujeres de Colosas: “Ustedes han sido trasladados de un reino maléfico,(tinieblas) al reino de su hijo; el de las buenas noticias”, y luego comienza a describir lo afortunados que son de permanecer firmes en esta esperanza redentora y salvadora.

 Ya es un hecho real que nuestra condición delante de Dios es otra, y que ahora somos hijos, por medio de la adopción en Cristo Jesús.
 Por la desobediencia de un hombre (Adán) fuimos trasladados de la bendición a la maldición; pero por la obediencia de un hombre (Cristo Jesús) se nos traslado al Edén otra vez. (Romanos 5:19).

Si quieres ser trasladado a la bendición; el carruaje ya está listo. La Fe en Cristo Jesús te llevara al lugar donde mereces estar por su Gracia.

jueves, 11 de enero de 2018

El Mal de Ojo. ¿Misticismo o Realidad?


¿Quién no ha escuchado decir a un vecino o familiar: “No muestres a tu niño muy pequeño porque le cae el mal de ojo”?  Generalmente esas expresiones salen a relucir cuando el niño o la niña son hermosos, o cuando también lo es en muchos casos un animal. Por décadas tuvimos el mal de ojo como una superstición; y aunque hubo casos particulares donde fue notorio, siempre lo tuvimos como algo escéptico. No sabemos a ciencia cierta de donde vino ese famoso misticismo; ya que desde que tengo uso de razón lo he escuchado y también he visto a las personas y animales que han sido objeto de esa malicia; lo que sí es cierto es que lo que para nosotros era hasta hace muchos años algo incomprensible adjudicado a la magia negra y el ocultismo; no es más que la consecuencia de un gran mal llamado envidia quien del latín invidia, es el sentimiento de tristeza o enojo que experimenta la persona que no tiene o desearía tener para sí sola algo que  otra posee.

A lo largo de la historia la envidia ha estado muy presente en diversas culturas; tanto los griegos como los romanos la representaron en sus diversas obras artísticas como una anguila o bien como la cabeza de una mujer mayor llena de serpientes. Según Dante Alighieri en su poma “El Purgatorio” el castigo para los envidiosos era el de cerrar sus ojos y coserlos, porque habían recibido placer al ver a otros caer. En el Medio Oriente se le denominaba a la envidia con el seudónimo de mal de ojo, por la sencilla razón de que era a través de los ojos que ese sentimiento se activaba. Para dicha cultura acostumbrada a la prosperidad, era común enfrentarse a personas cargadas de envidia, lo que hacía más evidente el hecho de mantenerse alerta. A través de amuletos o accesorios con un ojo como símbolo, estas comunidades buscaban la manera de repeler todas las consecuencias que podía traer sobre ellos el mal deseo de un corazón lleno de envidia. Aun en la actualidad pueden verse colgados en los locales comerciales, en las entradas de los hogares, o en las esquinas de las ciudades estos amuletos.
 La psicología afirma que la envidia es un sentimiento que se  niega tanto ante terceros como ante uno mismo. El envidioso desea ocultar su envidia y resulta poco frecuente que la asuma, ya que supone la aceptación de una carencia; sin embargo para el padre del psicoanálisis Sidmung Freud la envidia era un problema patológico, adjudicándolo a su teoría de la “envidia del pene”, que consistía en asegurar que la niña manifestaba este sentimiento al ver al niño o a su padre con un órgano que ella no tenia; y en el caso de los hombres se debía al tamaño de sus órganos masculinos, los que los hacía envidiarse entre ellos mismos. Pero ¿de dónde viene este mal? Según la Biblia en el libro de Génesis capítulo 4:3-8 el primer hombre que manifestó el sentimiento de la envidia fue Caín. Leamos detenidamente dichos versículos bíblicos.
(3) Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. (4) Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miro Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; (5) pero no miro con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensaño Caín en gran manera, y decayó su semblante. (6) Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y porque ha decaído tu semblante? (7) Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? Y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él. (8) Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levanto contra su hermano Abel, y lo mató.
Cada vez que leo este pasaje mi corazón se entristece porque me pregunto: ¿Qué culpa tenia Abel de ser agradable delante de Dios? Abel no fue a decirle a Dios: oye, sabes qué; quiero que seas mi amigo, pero no le hables a Caín o no lo trates. Abel no se ponía delante de Dios cada día para distraerlo y así evitar que Dios mirara a Caín y le tuviera afecto. Abel cada día hacia lo que era correcto delante de Dios, disfrutando la vida que tenia y las oportunidades que ésta le brindaba. Y cuando llegó el momento de dar y recibir; solo Abel halló gracia delante de Dios. En la conversación intima que el Señor tuvo con Caín luego del sacrificio, le dejo muy en claro el ¿porqué? de su aceptación solo a la ofrenda de Abel; haciendo énfasis en que el mal comportamiento de Caín era el causante de su desaprobación, y de paso como un Dios amoroso le da un valiosísimo consejo: “ENSEÑORÉATE de ese deseo que te esta atormentando Caín; tú puedes hacerlo” pero el joven no le hizo caso, y a la primera oportunidad que tuvo, mato a su hermano. El problema del sentimiento llamado envidia es que por más que te envuelva, quien lo experimenta nunca podrá ser feliz. Es probable que veas que la persona que tu desapruebas, cada día prospere mas,  sea engrandecida, y pasaras los años anhelando que algo malo le suceda para alegrarte de su caída, pero al final cuando eso llegara a acontecer en un supuesto dado, ya estarás consumido en tu maldad, y todos tus mejores años se pasaron y no te diste por enterado. Una persona que experimenta el sentimiento de la envidia no logra ver el éxito que le rodea, por estar enfocado en el éxito de aquellos que aborrece. Eso es lo que a mi parecer representa una gran pérdida de tiempo. La persona envidiosa es insaciable porque su envidia proviene de su interior, y por eso nunca puede quedar satisfecha ya que siempre encontrara a otro en quien centrarse.
Otro hombre que experimento el sentimiento de la envidia fue el salmista del Templo llamado Asaf. El Salmo 73:1-3 dice lo siguiente: (1) Ciertamente es bueno Dios para con Israel, para con los limpios de corazón. (2) En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; por poco resbalaron mis pasos. (3) Porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la prosperidad de los impíos. Este salmo ilustra los resultados de permitir que la fe de uno en Dios quede sepultada bajo la autocompasión. El salmista se deprimía al contemplar la aparente prosperidad de los impíos a la vez que veía las dificultades de vivir una vida de rectitud. Asaf era uno de los tres directores levita que dirigía los coros del templo y éste salmista comenzó a ver como aquellos que no adoraban a Dios ni le buscaban eran prósperos, y aunque vivían impíamente parece que todo les salía bien; mientras que los dedicados a Jehová y a su obra sufrían muchas dificultades. Pero cuando nos detenemos a leer los versículos 15 al 17 del mismo salmo, notamos como la actitud de este levita cambia completamente. (15) Si dijera yo: Hablare como ellos, he aquí a la generación de tus hijos engañaría. (16) Cuando pensé para saber esto, fue duro trabajo para mi, (17) Hasta que entrando en el santuario de Dios, comprendí el fin de ellos. Mientras el salmista adoraba a Dios en el templo, comenzó a comprender la suerte de los malos, al contemplar la vida desde la perspectiva de estar bajo el control de un Dios soberano, santo, y llega a la conclusión de que son los impíos, no los rectos, lo que han fracasado.  Ahora bien, si para una persona que conoce a Dios por su cercana relación en adoración, le es difícil escapar de este sentimiento tan cruel como lo es la envidia, a pesar de tener al Espíritu Santo redarguyendo a cada instante; ¿qué queda para aquellos que no conocen a Dios ni tienen a su Espíritu Santo morando en ellos? Por esa razón vemos tantas guerras en este mundo. Cómo el hombre destruye al mismo hombre por las ansias de poder y dominio, cómo la maldad va acrecentándose y el hombre y la mujer luchan entre sí mismos para demostrar quién es el mejor. Luchar cada día para superarte, consciente del potencial que tienes, para dar lo mejor de ti a la sociedad y al mundo que te rodea es válido; pero lograr tus éxitos para demostrarle a otros que eres el mejor y que nadie te puede superar, al punto de edificar tus triunfos sobre las lágrimas ajenas, es el primer síntoma del mal  llamado envidia.

 Mateo 6:22-23  Jesús dijo: (22) La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; (23) pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿Cuántas no serán las mismas tinieblas? Cuando iba de camino a casa de una amiga, meditando en este tema de la envidia porque lo había empezado a escribir, el Espíritu Santo trae a mi memoria este pasaje y me sorprendí. Porque lo he leído incontable de veces y nunca lo había asociado con la envidia. Jesús dice: Si tu ojo es bueno tu cuerpo estará lleno de luz. Note que no dice esta, verbo presente, sino estará, verbo futuro; es decir que en el mismo instante que tu comiences a ver todo de manera agradable, todo tu ser se alimentara de vida. La luz representa la vida, ya que la luz nutre, por tal motivo todo en ti estará saludable. Pero si tu ojo es malo, y todo lo comienzas ver de manera desagradable entonces tu ser se dañara, pues se llenara de tinieblas, y habrá en ti dolor, tristeza, ira, depresión, enojo, frustración, celos, y toda clase de pensamientos inicuos. Por eso vemos personas que pasan y pasan los años y siempre están amargadas, nunca sonríen, (salvo para burlarse del mal ajeno claro está); y terminan enfermas y padeciendo toda clase de dolores. La respuesta está en éste pasaje bíblico. No cuidaron su lámpara, la llenaron de tinieblas y éstas produjeron  muerte.  El hecho es que, a medida que pasen los años lo que está en ti se hará una fortaleza; sea la luz que produce vida, o las tinieblas que produce muerte. Una de las razones por la que el rey Saúl acechó la vida de David, después de que éste joven lo libro de muchos sin sabores matando al paladín filisteo llamado Goliat, fue por la envidia. Dice la biblia que por causa de que a David se le atribuyo el éxito de la victoria Saúl desde ese día comenzó a ver a David con malos ojos (2 Samuel 18:8-9). Saúl no disfruto de la victoria otorgada por David, porque las danzarinas cantaron “Saúl mato a sus miles y David a sus diez miles”  Éste rey en vez de alegrarse al ver a todo su ejército vivo, su cabeza aun en su cuerpo, a su esposa y a sus hijos e hijas seguros, lo que hizo fue enfocarse en la estrofa de las danzarinas; y a partir de ese día decidió aplicársela a David al punto de procurar su muerte.  El envidioso nunca reconocerá tus méritos, aunque los tengas; y lo triste es que la persona que te envidia es aquella a la que tu más has favorecido. Ser objeto de la envidia es por demás doloroso; porque te hacen sufrir sin necesidad.

 Empieza a mirar desde la óptica de Dios para que veas los méritos que tienen aquellos que te rodean, porque sólo el Señor puede mejorar tu forma de ver al  mundo.

  El mal de ojo terminó. ¡ES TIEMPO DE MIRAR CON BUENOS OJOS!

lunes, 8 de enero de 2018

Con las manos en la masa.


¿Cuántas veces se nos ha dado la oportunidad de hacer lo correcto? Muchas.  Y más aún, cuando sobre nuestros hombros reposa una gran responsabilidad,  que abarca a muchos en nuestro entorno. Eso mismo estaba aconteciendo en el capítulo 6 del libro de Josué. A Josué como sucesor de Moisés se le había asignado la tarea de conquistar todos los territorios que Dios le había prometido a Abraham, Isaac y Jacob y repartírsela a los descendientes  pero; dichas conquistas debían realizarse mediante fuertes guerras, pues sus actuales ocupantes denominados en la biblia como heteos, heveos, jebuseos, cananeos, zifeos etc., eran gente sanguinaria y muy paganas que no cederían  sus tierras sin derramamiento de sangre. La primera ciudad que debía ser tomada era Jericó, una ciudad que estaba fortificada por un anillo doble de muros, el externo de casi dos metros de grueso y el interno de casi cuatro; donde se colocaban tronco a lo largo de estos, apoyando casas sobre las paredes. Debido a que Jericó estaba construido sobre un monte, solo podía ser tomada al subir por una pendiente pronunciada, lo cual colocaba a los israelitas en una posición de gran desventaja. Los que atacaban una fortaleza así como Jericó normalmente usaban un sitio de varios meses para forzar que la ciudad se rindiera a través del hambre.
Los habitantes de Jericó -según la biblia-, temblaban dentro  de esas grandes murallas, porque el temor de Jehová había caído sobre ellos; pues la fama del paso del Jordán ya se había propagado por todo esos territorios. Lo difícil era entrar a Jericó y fue por eso que Dios dio la  estrategia para tomar la ciudad. Jehová Dios hizo lo imposible, y a los israelitas le toco hacer lo posible. Cabe resaltar que cuando la biblia habla de todo el pueblo que entro a tomar Jericó luego que los muros cayeron, solo fue la gente de guerra y los sacerdotes con el Arca del Pacto y sus bocinas. Era la gente de guerra  la que estaba bajo la orden de Dios a través de Josué de no tocar el anatema. La responsabilidad recaía sobre los príncipes de Guerra y sus tribus. El trabajo fue arduo.  Darle siete vueltas a una ciudad en un mismo día, para que luego que cayeran los muros entrar a desbastarla, conscientes de que los que estaban dentro de ella iban a defender sus vidas y pelear hasta el final requería de un gran desempeño. Fue una guerra sangrienta; ver caer hombres, mujeres y  niños no debió ser nada fácil para los israelitas; pero esa era la orden. Entonces; después de esa ardua labor a un hombre le pareció muy poca cosa la orden de Dios de no tocar el anatema, sino que lo vio, lo deseo, lo tomo y lo trajo a su tienda para enterrarlo. ¿Ahora la pregunta que me hago? ¿Como un solo hombre pudo cargar una túnica real que estaba adornada y quizás bordeada con joyas preciosas, además de cargar 200 siclos de plata y un lingote de oro de 50 ciclos de peso real? Para que Acan lograra trasladar todo este botín  tuvo que: 1) Apartarlo y esconderlo  cerca de los escombros para volver luego y trasladarlo a su tienda. 2) Hacer una reunión en su casa e informarles del asunto a su familia buscando el apoyo para el traslado. Porque, era imposible hacer ese traslado a su tienda delante del resto del pueblo, ya que se escandalizarían y terminaría Josué notificado del asunto y traería un gran problema para Acan. Pero tuvo que acontecer una situación dolorosa para Josué y la Nación de Israel para que el pecado de Acan saliera a flote. 30 hombres de guerra, de los mejores, los osados y sobrados; los más valientes cayeron muertos por los habitantes de Hai, y un resto le dio las espaldas en una huida muy vergonzosa a un pueblo menor en ejercito, y en estrategias; y ¿todo por qué? Porque Israel había pecado. Se había activado  una intermitencia de pecado a nivel espiritual que traía consecuencias a nivel físico. Afortunadamente Josué como buen líder se fue a la persona correcta a buscar explicaciones; y Dios le muestra la gravedad del asunto y le da las indicaciones para resolver el problema.
En la Biblia encontramos a muchos que escondieron sus deseos pecaminosos y atrajeron terribles consecuencias para sus familias y entornos. Uno de estos hombres fue el Rey David. En cierta ocasión huyendo de Saúl fue a la ciudad sacerdotal llamada Nob (1 Samuel 22:9-19) y estando en esa ciudad le mintió al Sacerdote principal al punto que le dio aun la espada de Goliat, creyendo este sacerdote la mentira que David le dijo sobre una incursión que el Rey Saúl le había encomendado en secreto. Lo tremendo es que David consciente de la presencia de uno de los pastores de Saúl, siguió con su plan de abastecerse de pan en Nob y seguir su camino de huida. Esta acción irresponsable de David trajo fatales consecuencias para estos 400 inocentes sacerdotes; ya que Saúl al ser avisado de la estadía de David en Nob, inmediatamente vino y el  mismo mando a matar a todos, incluyendo sus familias. Todo por una mentirilla piadosa. Porque, a veces creemos que  Dios tiene una balanza para el pecado; cuantos pesan más y cuantos pesan menos. Para Dios el pecado pesa lo mismo. Es para nosotros que el pecado tiene un peso diferente; y dicho peso lo determinan las consecuencias que el  pecados ocasiona. En 1 Samuel 22:22 David reconoce que esta masacre sacerdotal fue su culpa.

Algo que debemos saber es que la Biblia dice en Proverbios 28:13  “El que encubre sus pecados  no prosperara; mas el que los confiesa y se aparta alcanzara misericordia”. Lo primero que destruye el vallado de Dios sobre nuestras vidas es el pecado oculto. Debemos diferenciar el pecado oculto del pecado por deslizamiento; ya que el pecado por deslizamiento es el que el creyente comete con conciencia, por debilidad, pero inmediatamente al ser redargüido por el Espíritu Santo a su espíritu se arrepiente y se aparta. Pero el peligro del pecado oculto es, que este se ejecuta con consciencia pero aunque el Espíritu Santo le redarguye  directamente a su espíritu, el creyente hace caso omiso al Señor, porque en su corazón ha determinado seguir con la práctica indebida, hasta que es sorprendido y sale el pecado a flote. Casi siempre es bajo un marco referencial dramático, vergonzoso y triste. Tres cosas que toca satanas cuando el vallado de Dios no está en la vida del creyente por causa del pecado oculto.
1)      Los bienes materiales.
2)      Los Hijos
3)      La carne .(el cuerpo)
Cuando David peco con Betzabeth y cayó en adulterio seguidamente de homicidio, satanás destruyo a sus hijos e hijas, y por medio de su propio hijo Absalón tomo sus bienes materiales;  cuando se rebelo contra él; y su propio cuerpo por cuanto premedito con alevosía el asesinato de Urias heteo, su fiel soldado. En el Salmo 51:8 David orando a Dios dice: “Hazme oír  gozo y alegría, y se recrearan los huesos que has abatido” Debemos entender que no hay cosa que le produzca más indignación a Dios que el pecado oculto. David pretendía ocultar su pecado enviando a Urias a dormir con su mujer, obligándolo en tres ocasiones por medio de la manipulación y la persuasión a violar la ley de los guerreros de  no  tocar mujer mientras estuvieran en la guerra.  Lo mismo aconteció en los tiempos de Ezequiel, cuando profetizó la deportación y el juicio inminente de Dios a los reyes de Israel y Judá por causa del pecado de ellos, pero lo más terrible fue que tuvo que mostrarle el pecado oculto de los sacerdotes que ministraban en el templo; pues en sus habitaciones personales tenían sus altares y adoraban a otros dioses, dejando a Dios de lado. Lo tremendo es que este pecado no se veía hasta que Ezequiel comenzó a sacarlo a la luz.
Los sacerdotes estaban llamados a enseñar las leyes al pueblo. Dios coloco los sacrificios de expiación como medida para santificar al pueblo cuando pecaba; pero ellos tenían la ley; y esa era el mejor medio para evitar tropezar con el pecado. Solo que su deseo de hacer lo malo era más fuerte que su deseo de obedecer; es por eso que siempre ponían la mirada en los corderos que pastaban en los campos o en los corrales como el salvo conducto  para el pecado que ellos pudieran cometer.  Ahora entiendo porque Aarón entraba con el incensario a adorar a Dios en el lugar santísimo para perfumar el lugar donde él estaba adorando porque por tanta sangre el olor para Dios era insostenible; no porque la sangre oliera mal, sino por el propósito por el cual se estaba haciendo esa masacre de animales. Esa sangre olía a pecado deliberado. Cuando hay pecado oculto aun la alabanza para Dios es abominable.  El salmista decía: “En los íntegros es hermosa la alabanza” Porque aun hay muchos que “alaban” a Dios para desviar su atención del pecado que tienen en sus vidas.
Y esto me recuerda a una situación muy similar que se presento en el huerto del Edén hace miles de años. Considero según mi percepción personal, que fue en edén el lugar donde el hombre intento ocultar su pecado por primera vez.  Cuando Eva come del fruto prohibido y le da a Adán y este come, dice la biblia que se les abrieron los ojos y se dieron cuenta que estaban desnudos. Ellos antes de pecar estaban rodeados de la gloria de Dios.  Ellos no se veían a sí mismos sino a Dios en ellos, por eso que al desobedecer y verse a sí mismos desnudos lo primero que se les ocurrió fue cocer una hojas de higueras haciéndose delantales y tapar su desnudez. El asunto fue que ellos pensaron que haciendo esto Dios no se daría cuenta de su pecado. ¿Y cuántas veces nosotros como hijos en el huerto (estado consciente de Dios) no hacemos lo mismo? Nos cocemos hojas de higuera para tapar solo el frente es decir; lo que aparentemente se ve.  Adán y  Eva cuando estaban el uno frente al otro solo veían  eso, el frente; pero Dios si ve todos los flancos, el frente y la retaguardia del ser humano, de modo que Dios vio lo que ellos no habían tapado. Muchas veces como creyente nos cuidamos de mantener las apariencias y el qué dirán; pero ¿cómo está la retaguardia, es decir; lo que sólo Dios ve? Si hay hojas de higuera en tu vida es porque hay un pecado que estas ocultando.
Fue tan fácil para Acan enterrar ese lingote, ese manto y esas piezas de plata  en su tienda; involucrando a su familia, a sus hijos y luego salir con su cara bien lavada a la guerra como si nada hubiera pasado. Si Dios no le dice a Josué lo que Acan había hecho, éste hombre jamás se lo habría dicho. Desde el momento que se notifica a todo el pueblo que se halló anatema escondido, Acan debió declarar su pecado. Y cuando comienzan a echar las suertes y cae sobre la tribu de Judá Acan se queda en silencio, Luego la suerte cae sobre la familia de Carmi  y Acan nada que abre la boca, hasta que por fin cuando la suerte cayó sobre sí mismo y Josué lo obliga a confesar es que Acan reconoce su pecado. No me quiero ni imaginar la cara de los familiares de éste hombre cuando las suertes prácticamente lo estaban apuntando. ¡Qué gran turbación! la que sintieron los de la tribu de Judá, y todos los de la familia de Carmi. Y es por ello que Josué lo sentencia a sufrir la misma turbación que él les causó. Es triste ver como muchas de las duras circunstancias que nos suceden son producto de algún lingote de oro oculto, y que también en muchos de los casos ni siquiera son notificados a la familia o al matrimonio, ni a los pastores, ni a los padres. Por eso siempre la oración ante cualquier circunstancia debe ser Señor; ¿que está produciendo esta situación en mi casa o en mi matrimonio o en mi familia? Dios está siempre interesado en revelar lo oculto por el bien de nosotros mismos. La complicidad en el pecado oculto, nunca será la mejor opción. Y como muestra del castigo, la tierra se abrió y se trago vivo a Acan, a su esposa e hijos. Dios no es injusto; él jamás tendrá por inocente al culpable o viceversa. La biblia dice que ciertamente “el alma que pecare, ésta morirá”. Aquí hubo un pecado corporativo, y por ende la sentencia en dicho juicio también fue corporativa.
Del mismo modo, al final, el pecado que Adán y Eva quisieron tapar con hojas de higuera trajo un peso tal, que solo Jesús algún día nos dirá cuanto le peso esa Cruz donde fue crucificado.
A David le peso tanto ocultar su pecado que le suplicó a Dios que lo limpiara de sus maldad, y que no le quitara a su Espíritu Santo. El peso del lingote de Acan fue tal que perdió la familia, su reputación como príncipe de guerra y su propia vida. Si Acan tenía una situación económica precaria al punto de ver el lingote, el manto y las monedas de plata como la vía para salir de su problema, se equivoco; esa no era la vía. Si David justificando su piedad como rey de no cumplir la ley de las adulteras sobre Betzabeth haciéndola pasar por inocente, y trayendo toda la responsabilidad sobre él como Rey decidió matar a Urias se equivoco. Esa no era la vía.
La desobediencia nunca ha sido la vía para alcanzar nada de parte de Dios. El pecado es pecado y punto. Lo que Dios denomina anatema es anatema; aunque ante nuestros ojos se vea bonito, agradable o deseable. Anatema es todo aquello que Dios no te ha mandado a tomar, porque lo que nunca sabremos es si ya eso que quizás hemos visto y deseado, Dios lo tiene reservado para alguien más, o mayor aun, esté reservado para su tesoro personal.

Nuestro deseo debe estar alineado a la voluntad de Dios y más cuando hay un peso de parte de Dios sobre nuestros hombros que tienen nombres y apellidos. Hay muchas guerras que librar aún y muchos territorios que conquistar y ayudar a poseer, por eso la demanda de ser obedientes en cada conquista va a ser siempre mayor de parte de Dios.

 Es mejor confesar que ser sorprendidos.

jueves, 4 de enero de 2018

Correré a tu encuentro.


¿Quién no desea escuchar una canción nupcial, cuya protagonista seas tú misma? Son muchas las doncellas que sueñan con un príncipe como esposo, y convertirse en la princesa de un buen hombre.  Aunque para nuestra sociedad actual el matrimonio parece que ha perdido valor e importancia, veremos a continuación en el Libro de Cantar de los Cantares lo que el matrimonio representa para Dios y para su pueblo escogido, incluyendo a la Iglesia de Jesucristo; es decir, el creyente.  El capitulo 5: 2 al 8 dice lo siguiente:
Yo dormía, pero mi corazón velaba. Es la voz de mi amado que llama: Ábreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía, porque mi cabeza está llena de rocío, mis cabellos de las gotas de la noche.
Me he desnudado de mi ropa; ¿Cómo me he de vestir? He lavado mis pies ¿Cómo los he de ensuciar? Mi amado metió su mano por la ventanilla, y mi corazón se conmovió dentro de mí.
Yo me levante para abrir a mi amado, y mis manos gotearon mirra, y mis dedos mirra que corría sobre las manecillas del cerrojo. Abrí  yo a mi amado; pero mi amado se había ido, había ya pasado; y tras su hablar salió mi alma. Lo busqué y no lo hallé. Lo llamé y no me respondió.
Me hallaron los guardas que rondan la ciudad; me golpearon, me hirieron; me quitaron mi manto de encima los guardas de los muros.
Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, si halláis a mi amado, que le hagáis saber que estoy enferma de amor.
Salomón, quien reino sobre el reino unido de Israel 40 años (971-931 A.C) aparece siete veces  por nombre en el Libro de Cantar de los Cantares a la luz de sus habilidades de escritor, capacidad musical y el sentido de autoría sin dedicación.
Dos personas dominan ésta dramática canción de amor de la vida real. Salomón cuyo reinado es mencionado 5 veces, aparece como el amado y la doncella sunamita lo más probable es que haya sido una residente de Sunem, una región ubicada 4.8 km al Norte de Jesrel en la parte baja de Galilea. Aunque algunos sugieren que esta joven es la hija del faraón de Egipto (1 Reyes 3:1) el canto no provee evidencia para ésta conclusión. Otros  por el contrario favorecen a Abisag, la sunamita que cuido del Rey David en su vejez, cuya familia posiblemente había sido contratada por Salomón. Esta joven habría sido la primera esposa de Salomón antes que él pecara y añadiera a su vida 699 esposas más y 300 concubinas.
Lo que me llama la atención de este pasaje es que luego que esta joven se casa con un Rey, cuyas ocupaciones eran numerosas, por causa de sus constantes viajes ya que era un hombre  reconocido por su sabiduría, comienza a experimentar el desinterés en su relación. Quizás en cada viaje él demoraba meses y por eso ella acostumbrada a dormir sola, se fue alejando de ese primer ensueño o deseo de cercanía con su esposo. Es probable que Salomón llego antes de lo esperado, quizás con el deseo de sorprenderla, pues lo hizo ya muy tarde en la noche según Cantares 5:2, pero aunque ella dormía, pudo escuchar entre su ensueño la voz de su amado que llamaba; y en  su costumbre de no despertar a esa hora de la noche, la llevo a buscar excusas para no levantarse. Adormecida se preguntaba ¿Cómo me he de levantar? ¿Cómo me he de vestir? Mi pregunta es: ¿Acaso una recién casada necesita cubrir su desnudez ante su esposo, y más cuando éste viene de lejos a su encuentro? Salomon aun así, en medio del rocío de la media noche, cansado de esa larga faena del día, de atender tantos asuntos concernientes al reino nada fáciles, por cierto; metió la mano por la ventanilla, para levantar la cortina y verla. Cada vez que leo este pasaje Cantares 5:4  se conmueve todo mi ser. ¡Qué amor tan maravillosos! el que éste Rey sentía por esta mujer. La observo tan adormecida aun en su cama, que se fue, quizás a una de sus cámaras del palacio real. Y es  ahí cuando ella se conmueve y reacciona; pero es tarde. Su amado se ha ido.
Hay un refrán popular muy viejo que dice: “nadie sabe lo que tiene; hasta que lo pierde” Y son muchas las historias que una escucha acerca de personas que perdieron magníficos matrimonios, empleos, oportunidades de ascensos, y grandes logros personales, aun amistades de años por el simple hecho de no valorar lo que tenían en ese momento. Algo que he aprendido en estos últimos años es que hay personas que solo llegaran a estar en nuestras vidas una sola vez; porque inclusive, si nos dieran la oportunidad de conocer personas con mas ingenio y  mejor status social que las que tenemos tan cercanas a nosotros en este momento, nada se igualara al hecho de que; el regalo que Dios nos ha dado con tenerlos tan cerca es lo que marca la diferencia en nuestras vidas, porque hay oportunidades que solo se presentan una vez,  y es muy triste que a veces pasen tan desapercibidas a nuestro lado. Considero que el enemigo número uno de las grandes y maravillosas relaciones perdurables en el tiempo y la distancia es el ego; ya que como seres humanos nos convencemos a nosotros mismos que todo lo que tenemos es porque lo merecemos, y de paso aquellos que nos tienen a nosotros en sus vidas son privilegiados. Eso a menudo hace que en la relaciones interpersonales estemos siempre más dispuestos a recibir que a dar.
Éste es un buen momento para realizarnos la siguiente pregunta: ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo inusual, por la persona amada al punto de que eso representara un sacrificio para tu tiempo y tu ego?  Y cuando hablo de persona amada me refiero a aquella que sabemos que merece lo mejor de nosotros, por todo el tiempo que ha estado en nuestra vida de manera incondicional.  Cuando veo transcurrir los días por demás tan tecnológicos, me siento nostálgica porque quisiera ver estallidos de locura en un parque donde estén muchos amigos contándose historias cargadas de muchas risas; o me gustaría pasar por un restaurante o feria de comida y ver a un hombre de rodillas pidiéndole matrimonio a su novia ante la mirada sorpresiva de todos los comensales y curiosos que por ahí transitan. ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo loco como gritarle ¡te amoooooo! a tu mami o papi, a tus hijos o a tu esposa-esposo o quizás ¿porque no?, a un gran amigo-amiga? De eso se trata la vida, de hacer cosas maravillosas por las personas que siempre han estado en nuestras vidas de manera incondicional, y créeme cuando te digo que esos son los momentos que nosotros extrañaremos el día que sepamos que tendremos que partir.

La chica de este pasaje bíblico se dejo ganar por el ego. Ser la esposa de un gran Rey la llenaba de grandes privilegios; y Salomon era por demás un Rey bastante romántico y con dotes de conquistador lo que hacía de esta joven sunamita una de las pocas en el reino con semejante tesoro; pero ella se confió, y cuando su amante esposo vino a su casa ella no lo quiso recibir, porque para ella sus pies limpios representaban una mayor prioridad. Cuando por fin reacciono;  (porque Dios siempre les da al hombre y la mujer la oportunidad de tener acceso a su buen juicio), ya era muy tarde; Salomon se había ido, y cuando ella salió a buscarle lo único que encontró fue una paliza de parte de unos guardas que no la reconocieron. Es lamentable ver como hombres y mujeres perdieron grandes parejas porque sus amigos, familias, empleos y deseos propios representaban su mayor prioridad.  Siempre las rupturas van a dejar los hematomas de una gran paliza en nuestro corazón, pero lo más doloroso es que hay rupturas que nunca más podrán repararse.  La Biblia registra que  ésta fue la única vez que el Rey Salomon hizo una manifestación tan esplendida de su amor por una mujer, ya que fue la única de sus bodas que quedo registrada; pero la historia relata que este rey tuvo  699 esposas y 300 concubinas las cuales lo sedujeron, y lo llevaron a dejar la ley de Jehová Dios y de inclinarse a las pretensiones idolátricas de ellas, trayendo como consecuencias devastaciones en su reinado y una gran división en el reino.
Otra historia semejante fue la del Rey David, padre de Salomon con su esposa Mical, hija del rey Saúl. David mata a Goliat y había una recompensa por ello, entre las cuales se encontraba la hija mayor del rey Saúl llamada Merab, pero al tiempo de cobrar la recompensa prometida, Saúl molesto con David por haber recibido los meritos de la batalla, le entrega  su hija Merab a un hombre llamado Adriel; sin embargo Mical la segunda hija del rey estaba enamorada de David, de modo que su padre se la entregó por una dote de cien prepucios de filisteos. David no solo mató cien filisteos, sino que aumento la suma a doscientos prepucios para demostrar que era digno de la hija del rey. Ahora bien esta joven luego de todos estos acontecimientos, menosprecia a David en su corazón, porque lo vio danzando y alabando a Dios sin sus ropas reales (2 Samuel 6:16).  Considero que ser esposa de un hombre como David  era un privilegio, además de que el motivo de su alegría se debía a que por fin sus días de persecución por parte de Saúl  habían terminado Dios estaba confirmando su reino, y tener el Arca del Pacto de Jehová en Jerusalén la capital del Reino de David lo hacía más conmemorativo; entonces ¿porque botar a la basura tanto privilegio? El ego, el ¡qué dirán nuestras amistades! Ella consideró que la desenfrenada danza gozosa de David era una conducta improcedente para la dignidad  y gravedad de un rey porque le exponía en algunas maneras. Pero la actitud de esta mujer la llevo a perder la bendición en su hogar, ya que David deseaba el mismo inevitable éxito de parte del Señor como el que se había experimentado en la casa de Obed-edom (ya que mientras el arca estuvo tres meses en la casa de Obed-edom Jehová bendijo su casa y a toda su familia. 2 Samuel 6:11).  Pero la actitud de Mical frustró la bendición en aquel tiempo, ya que fuera porque David dejo de tener relaciones maritales con ella o que el Señor la disciplinara por su menosprecio de David, Mical no tuvo hijos. En los tiempos del Antiguo Testamento era un estigma quedar sin hijos. La esterilidad de Mical le impidió dar un sucesor para el trono de David procedente de la familia de Saúl. (2 Samuel 6:20-23).
El Señor dijo: “Buscad a Jehová mientras pueda ser hallado, llamadle en tanto esta cercano”. Considero que la relación más importante que el ser humano debe cuidar es la de Dios. Un predicador y gran amigo llamado José Consuegra dijo en una de sus predicaciones: “Hay creyentes que vienen a los servicios los martes y los domingos, pero en su intimidad dejan a Dios esperando” Esa frase me transmitió mucha tristeza, porque realmente hay quienes menosprecian a Dios en sus corazones, buscándolo solo en momentos de angustia o de aflicción; pero nunca en momentos de alegría. Es decir; lo buscan de manera interesada, y no se dan por enterados que tener a Dios cerca es un gran privilegio.
Las grandes relaciones deben valorarse, y sobre todo cuidarse y protegerse. No somos nada ni nadie sin tener a quien amar. Ser amados es importante pero lo más fundamental es saber amar, porque siempre es mejor dar que recibir.

Por eso correré a tu encuentro; para no perderte.