Los israelitas, luego de pasar el Jordan comenzaron a conquistar la tierra prometida por medio de batallas donde Jehová se involucró directamente. Además de los mandamientos, les dio ordenanzas y estatutos que garantizaban su seguridad, pero sólo había un requisito que aseguraba las victorias, y era; la obediencia.
La obediencia es un requisito sine qua non para entrar al cielo, a la misma presencia de Dios. La obediencia es el lazo que mantiene unido al creyente a la Justicia, a la Santidad, a la Verdad, a la Fe y al Amor de Dios; y estos cinco principios son fundamentales en su Reino.
Jehová Dios le dejó claro a Israel que al pasar el Jordan y empezar a conquistar el territorio de los cananeos, heteos, jebuseos, zifeos, debían arrojarlos de ahí, evitando concertar cualquier vínculo con ellos porque por ser ellos una nación perversa era que Dios los arrojaba de esas tierras. Pero Israel tan parecido a nosotros en muchos casos, en un acto de desobediencia plena no los hecho, sino que los hizo tributarios convirtiéndolos en leñadores y servidores dejándolos en el territorio en calidad de esclavos.
Uno de los primeros indicios de la altivez en la vida del creyente es precisamente buscar pagarle al prójimo con la misma moneda y hasta darse el lujo de darle vuelto.
Entre los aspectos que caracterizan la altivez en la vida del creyente o del ser humano se encuentran los siguientes:
1) La Desobediencia. Al igual que el pueblo de Israel el creyente sólo mira su día a día, y en su desobediencia se acostumbra a ajustar el propósito de Dios a sus comodidades. Algo que me sorprende de este pasaje bíblico de Jueces capítulo 1:27-36 es que la altivez no te permite ver tus debilidades, te convierte en autosuficiente y por ende te hace esclavo de las circunstancias y de los que te rodean.
Israel en su altivez nunca entendió que ellos no eran nada sin Dios. Salieron de Egipto gracias a los milagros portentosos que Jehová hizo. De no haberse divido el mar rojo por el poder de Dios, los egipcios habrían masacrado a esa gran multitud de israelitas, pues esta gente era cobarde por naturaleza, y aunque hacian alarde, sólo vivían de apariencias y cuando les tocaba enfrentar grandes peligros se volvían a Dios llorando e implorando su auxilio. Y eso mismo acontece con nosotros, que nos jactamos de lo que podemos hacer en Cristo Jesús, hacemos alarde de nuestras capacidades, pero cuando nos encontramos con el mar rojo de frente y escuchamos el tropel de los problemas por detrás entonces buscamos a Dios desesperadamente.
El altivo no se acerca a Dios , por eso Dios lo mira de lejos. El altivo busca los argumentos necesarios para justificar sus actitudes y acciones
El altivo no se acerca a Dios , por eso Dios lo mira de lejos. El altivo busca los argumentos necesarios para justificar sus actitudes y acciones
![]() |
2) Perdida de la Visión. Un caso de altivez perfecta fue la de Sansón. Este hombre fue llamado por Dios con anunciamiento previo, indicando el Ángel de Jehová como debía vivir y conducirse, y aún así jugaba con el pecado desobedeciendo a Dios y justificando sus acciones. En su astucia fue prendido y cuando creyó que saldría bien librado de esa emboscada cayó preso. Fue víctima de vituperios, humillaciones, y perdió sus dos ojos literalmente.
El altivo no ve el futuro porque no lo conoce; pero Jehová Dios si lo conoce y es por ello, que le indica al creyente lo que debe hacer y como debe vivir a fin de evitar las consecuencias que sólo Dios en su Omniciencia puede ver.
Debemos entender que la altivez es un pecado espiritual. Opera para destrucción, fomenta las rebeliones y causa la muerte.
El altivo llega a ver a todos y aún a Dios mismo como su enemigo porque no se ajustan a sus estándares mentales y egoístas.
El altivo llega a ver a todos y aún a Dios mismo como su enemigo porque no se ajustan a sus estándares mentales y egoístas.
El antonimo de la altivez es la humildad.
Jesús dijo: Aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón.
Jesús dijo: Aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón.
La humildad no es una expresión, es una actitud por eso no permitas que la altivez marque tu existencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Redacción: Ana Maria Melean
Diseño y Fotografía: Jesús Baldonedo