lunes, 11 de agosto de 2014

El precio de la Unción.

Luego que Israel pidió ser como las naciones vecinas, y tener un rey que los gobernara; Dios levanto hombres para que dirigieran a su pueblo conforme a las leyes que Él había establecido en el desierto por medio de Moisés. Durante la travesía por el desierto el único profeta que conoció Israel fue a Moisés. Luego cuando llegaron y conquistaron la tierra prometida, y se contaminaron con las naciones que debían arrojar, Dios levanto otros sacerdotes que también hacían el trabajo del profeta. Pero la contaminación fue tan grande en Israel que aun alcanzo a los sacerdotes y el único que quedaba con temor de Dios era el Sacerdote Eli, descendiente de Aarón, hermano de Moisés, de la tribu de Levi.
Por esta razón Dios produce en una mujer llamada Ana el deseo de tener un hijo, y a su vez produce en ella el deseo de dedicarlo a Jehová Dios bajo el voto de nazareo; lo que llevo al niño a vivir desde los tres años en el tabernáculo de reunión. Ya no había visión ni profecía en ese tiempo, por eso el pueblo vivía en un desenfreno total. Samuel creció en ese ambiente cargado de contaminación, pero nunca se contamino. Fue preparado por Eli en todo lo concerniente al servicio sacerdotal, pero quizás nadie esperaba que Jehová lo preparara como profeta. Después de Moisés, Samuel fue el segundo  en ser reconocido como profeta; tanto que llego a cumplir simultáneamente el rol de Sacerdote, Profeta y Juez para la Nación de Israel. Luego de Samuel como el primer profeta del Reino, se levantaron otros profetas que sirvieron de consejeros al Rey como lo fue Natán durante el fin del reinado de David y comienzo del reinado de Salomón.
Como Samuel y Natán; hubo otros profetas que se dedicaron a exhortar, enseñar y dirigir a la Nación de Israel; no obstante también hubo muchos profetas que se dedicaron a desviar el corazón del pueblo por medio de falsas profecías. Y esta situación desencadeno una lucha entre profetas en ese tiempo que llevo a Jehová Dios a establecer parámetros en sus profetas, es decir; respaldar con  prodigios portentosos y cumplimientos de profecías  al Profeta que Él levantaba.
Es en dicho escenario que hacen su aparición dos Profetas que además  de Moisés, llegaron a mover literalmente el Poder de Dios. Me refiero a Elías y Eliseo. La situación en la que se encontraba Israel era demasiado preocupante. Había traspasado el límite del desorden permitiendo el culto a imágenes paganas que Dios mismo le había prohibido. Además de ello sus reyes concertaban matrimonios con sacerdotisas, es decir; doncellas dedicadas y separadas para estos ídolos paganos con el fin de proyectar Alianzas y así concretar proyectos concernientes a sus reinados. Por si fuera poco también habían creado un sincretismo espiritual, donde adoraban a Jehová Dios en el mismo lugar y en la misma forma que lo hacían con sus dioses paganos. A raíz de esta gran locura Israel se encuentra con un Dios Celoso, el cual en su indignación detiene la lluvia por tres años en toda la Nación de Israel evitando las cosechas, y trayendo una devastadora desolación al Rey. Elías como profeta de Jehová se encuentra con el odio del Rey por causa de la sequia que, por palabra de Dios él había proferido. Además de esto se enfrenta a la Reina Jezabel esposa del Rey y Sacerdotisa principal del Templo de Baal, en monte Carmelo donde obliga a la Nación a decidir servir a Jehová o servir a Baal. Elías prepara un altar donde realiza el sacrificio conforme a lo establecido por Dios, y demanda que el Dios que responda con fuego ese sea el Dios de la Nación de Israel. Luego que  Jehová  Dios responde con fuego y no solo consume el holocausto, sino que también lame el agua de la zanja; este profeta toma cautivo a 400 sacerdotes de Baal y los degüella en presencia de todo el pueblo. Este hecho trae como consecuencia que Elías huya al desierto por causa de la reina Jezabel y después de caminar 40 días y 40 noches, equivalentes a 150 km se encuentra con Jehová para recibir la orden de volver al lugar de donde huía y ungir a tres hombres hasta el momento desconocidos, como lo era Jehu, Azael  y Eliseo. Los dos primeros serian mas adelante ungidos como reyes para cumplir un propósito específico; pero el último de los tres seria ungido  como profeta en lugar de Elías.

En la actualidad muchos desearían estar en el lugar donde estuvo Eliseo. Ser el siervo de un profeta de la jerarquía espiritual de Elías, ser enseñado en toda la rama de la Profecía, experimentar el poder de Elías en su magnitud, y también ser amigo del profeta. Y digo amigo; porque cuando tú convives con un siervo de Dios por mucho tiempo día y noche, llegas a conocerlo de tal modo que te conviertes literalmente en su amigo. Pero llego el momento de la separación. Eliseo lo sabia, pero aun así no se dejo intimidar con esa realidad sino que siguió a Elías a donde éste iba, esperando recibir algo de él en su partida. Yo me puedo imaginar a Eliseo como joven profeta velando día y noche en la compañía de Elías para ver ese momento donde seria llevado por Jehová Dios. Cuando Elías le dice a Eliseo Pide lo que quieras que te de antes de ser  quitado de ti; Eliseo le responde: Te ruego  que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí.
¿Para que quieres tú la doble Unción del Espíritu Santo? ¿Acaso te has hecho esa pregunta? Pero mejor aun ¿Tienes una respuesta clara? Muchas veces le oramos al Señor y le pedimos la doble unción; pero cuando Dios pesa las verdaderas intenciones de nuestro corazón acerca de dicha petición, inmediatamente esa petición es negada. El sistema de Dios al igual que nuestro actual sistema tecnológico nos rechaza. ¿Porque? Muy sencillo. La unción de Dios es muy valiosa. 
Los hombres en la antigüedad cuando eran ungidos de parte de Dios lo hacían para llevar a cabo trabajos específicos PARA DIOS. Eliseo sabia que los mismos enemigos que el profeta Elías dejaba; se convertirían en sus enemigos a partir del momento que Elías se fuera con Dios. Elías se iba; pero quedaba el mismo rey, la misma sacerdotisa, quedaban los mismos adoradores de baal, y ahora el escenario se profundizaba más, pues ya Elías había alborotado el avispero (como decimos en criollo) y a Eliseo como joven profeta le tocaba la difícil tarea de matar a las avispas por completo. La doble porción la necesitaba Eliseo para enfrentar los obstáculos que ahora se le presentaban. El Señor Jesús en su humanidad recibió al Espíritu Santo para llevar a cabo su trabajo durante los tres años que estuvo predicando las buenas nuevas del reino de Dios.

En el capitulo 61 versículos 1 al 3 del libro del profeta Isaías se revela claramente el porque Jesús fue ungido por Dios. Jesús mismo hablo acerca de este capitulo y les dijo: “Hoy se ha cumplido esta palabra frente a vosotros” La unción no se nos da por Dios para demostrar que somos sus hijos, Tampoco se nos  entrega  para demostrar que somos más espirituales que otros. La Unción no se nos da para gloriarnos en lo que hacemos.

La Unción se da con propósito; y dicho propósito esta descrito de una manera especial en Isaías  61:1-3.Si ese no es el propósito que deseas cumplir como iglesia entonces no has entendido el precio de la Unción.

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Redacción: Ana Maria Melean
Diseño y Fotografía: Jesús Baldonedo