Una cueva o caverna es
una cavidad natural del terreno causada por algún tipo de erosión de
corrientes de agua, hielo o lava, o menos común, una combinación de varios de
estos factores. En el más común de los casos, las cuevas se forman por la disolución de
la roca caliza por parte del agua
ligeramente ácida.
A
veces es apta para servir de cobijo a animales y seres humanos, pudiendo ser
acondicionada para vivienda en forma de casas cueva y otros usos antrópicos.
Generalmente son húmedas y oscuras; en algunas solo cabe una persona, mientras
que en otras, como la red del Parque Nacional Mammoth Cave de (Kentucky),
tienen kilómetros de extensión. Hay cavernas muy profundas como en Abjasia,
donde se alcanza el mayor desnivel en Krubera-Voronya con más de 2000 mts bajo el
nivel de la superficie.
Cuando
leemos en la Biblia las historias del Antiguo Testamento, nos encontramos con
grandes hombres de Dios que usaron cuevas o cavernas, para esconderse de los
enemigos, como lugar de refugio y para ser descubiertos y transformados.
Uno
de los hombres más notables de la Biblia es el Rey David. Siendo un joven pastor
de ovejas, fue ungido como Rey de una Nación. Siendo Rey; aun sin trono ni
corona, mato a un gigante Filisteo para salvar al Rey que Dios había desechado
y que él sucedería. Pero aunque este hombre llego a ser reconocido por sus
capacidad de liderazgo, su valentía en la guerra, y por reunir los requisitos
que Jehova Dios requería para estar delante de él (pues era conforme a su
corazón); en esta oportunidad no centrare mi articulo en este valeroso hombre,
sino en otros que al igual que David enfrentaron muchas dificultades en sus
vidas, y que pasaron de ser hombres de cuevas y cavernas, a hombres de
ejércitos, batallas y victorias, cuyos nombres y hazañas quedarían registrados
para siempre en la Galería de Los Valientes de Renombre de Israel.
1
Samuel 22.1-2 "Yéndose luego David de allí, huyó a la cueva de Adulam; y
cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, vinieron allí a él.
Y se juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y
todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos; y
tuvo consigo como cuatrocientos hombres."
Imagínate lo
que significa estar huyendo, estar perseguido por alguien más fuerte que tú.
Tal vez estarías deprimido, angustiado, sintiéndote solo y
abandonado. Probablemente pensarías que Dios se olvidó de tí. ¡Y para
completar ahora vienen a tí 400 con problemas peores.! ¿Qué clase de ánimo
podrías recibir de ellos? 400 endeudados que solo piensan en que lo han perdido
todo. 400 afligidos cuyo corazón ya no encuentra razones para seguir adelante,
que tal vez solo quieren compasión. 400 amargados que solo saben quejarse
de la situación. ¡Y te hacen el jefe de ellos.! ¡Soy el Jefe de los
endeudados, afligidos y amargados.! dijo David.... como si no tuviese
problemas, ahora tengo 400 que creen que yo los puedo ayudar...
Adulam,
que en hebreo significa "refugio",estaba situada en las colinas
occidentales de Juda, a unos 27 km al Sur Oeste de Jerusalen y a 16 km al Sur
Este de Gad.
Fue
ahí en Adulam donde David conoció a los hombres que a partir de ese
momento darían aun sus propias vidas por defenderlo y defender su reino. Estos
hombres estaban endeudados, afligidos y en amargura de espíritu.
Cabe
resaltar que estas tres características no son los requisitos que nosotros
pediríamos para traer líderes a nuestro servicio en cualquier área.
Una
persona afligida esta en constante decadencia. Su bipolaridad no le permite
realizar las tareas que se le asignan. Los afligidos están entristecidos todo
el tiempo. se desaniman rápidamente.. y así estaban muchos de estos
hombres.
Para
nadie es un secreto que Samuel le había advertido al pueblo de Israel de todos
los padecimientos que el Reinado de Saul traería para sus vidas. Serian
diezmados sus viñas, sus ganados, sus trigos y sus cebadas; sus hijos aun muy
jóvenes serian reclutados para el ejercito real, y sus doncellas llenarían el
harem del monarca; sin contar con la cantidad de hectáreas que el Rey tomaría
por puro placer. (1Samuel 8:11-17)
Saul
como Rey demostró su falta de liderazgo desde un principio, antes de que
llegara David al campamento a matar a Goliat ya Saul había sido confrontado dos
veces por Jehova Dios al punto de ser desechado. Es probable que estos hombres
escondidos en la cueva de Adulam eran algunos desertores del ejército de Saul.
Dentro de estos 400 hombres también se encontraban algunos endeudados. Las
deudas siempre han sido motivo de maldición. Una persona endeudada lo primero
que pierde es la paz. Se ha comprobado que las deudas traen insomnio a una
persona y eso hace que todo su sistema nervioso se altere, de manera que la
intranquilidad pasa a gobernar completamente su vida. Es por ello que una
persona endeudada lo primero que opta es por esconderse.
Pero
he aquí la condición que más me llama la atención de alguno de estos hombres:
Los que tenían amargura de espíritu.
En el original hebreo la
palabra aquí usada por amargura es: descontento. En
términos generales se encuentran apesadumbrados, molestos,
inconformes, insatisfechos Muchas veces hasta con
ellos mismos y con las
circunstancias que les rodean.
¿Con qué estaban
descontentos los que se allegaron a David en Adulam? Ya hemos mencionado la
posibilidad de que se encontraran, - al igual que
David-, perseguidos por Saúl.. Si leemos la historia de Saúl nos
podremos dar cuenta de lo que les estaba molestando. Vemos en el
capítulo 8 de 1ra de de Samuel las advertencias de Dios para el
pueblo si él accedía a darles el rey que ellos pedían. No
iba a ser una vida muy fácil la
que les esperaba. Al correr del tiempo y
más aún cuando Saúl se dio cuenta que Dios había escogido a
David para reinar sobre su pueblo,
la vida del pueblo de Israel
se vio muy afectada. Saúl se había vuelto
desobediente a Dios por lo que fue desechado para gobernar [cap.
15]. Estaban siendo gobernados por un
rey que ya no
se dejaba guiar por Jehová Dios.
De modo que
si estableciéramos a estos 400 hombres en tres grupos;
"Los afligidos" "Los endeudados"
"Los amargos de espíritus" particularmente
yo evitaría liderizar al tercer grupo. ¿Por que? Porque son
los más susceptibles. Una persona de amargura de espíritu no
es materialista; pero si un volcán de emociones y por ende
necesita de estímulos emocionales para poder rendir al 1000 % en
cualquier labor encomendada. También son los más leales y fieles
colaboradores; porque sienten que todos cuentan con el, de manera que
nunca se permitirá defraudar a su grupo. Pero, cuando
no hay estímulos emocionales en estos individuos, entonces
llegan a caer en estado depresivo. Es por ello que la mayoría de
las personas que se encuentran en amargura de espíritu, -salvo que el
Señor tenga misericordia y conozcan a Cristo-; terminan cometiendo acto de
suicidio.
Particularmente, disfruto
leer los nombres de esos 30 valientes de renombre que llenan varias paginas del
Antiguo Testamento; porque aunque se encontraban en
una difícil condición física, emocional y espiritual, lograron
discernir la capacidad de liderazgo en David para alistarse y conformar la
nueva tropa que le acompañaría durante toda su vida.. Veamos
quienes son:
1)Joseb-basebet
(tacmonita).(2Samuel 23:8)
2) Eliazar
(ahohita).(2Samuel 23.9-10)
3)Sama. (Ararita). 2Samuel
23:11-12).
Aunque la Biblia
registra un total de 37 valientes que conformaban
las jerarquías dentro del ejército de David, estos tres
que aquí son mencionados nunca pudieron ser igualados por los
34 valientes restantes. Valientes que nunca pensaron encontrar ese nivel jerárquico dentro
de una cueva. Porque aunque la formación es necesaria para
llevar a cabo cualquier tarea en nuestro entorno; no hay y nunca habrá formación sin vocación..
La vocación siempre definirá lo que eres, mientras
que la formación definirá lo que harás, y el como
lo harás.
Siempre habrá una
cueva de Adulam preparada para cada creyente. En esa cueva muchos líderes
ungidos por Dios encontraran al ejército idóneo para cumplir
el propósito de Dios en sus vidas y en sus Ministerios.
Y también en esa cueva habrán muchos valientes
esperando el momento de ser reconocidos por lo que son, y luego demostrar
que ese reconocimiento no fue en vano.
Y aunque muchos
no escogeríamos a afligidos, endeudados y con amargura
de espíritus; nunca debemos olvidar que los valientes siempre se
encontraran; allá en la cueva.
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Redacción: Ana Maria Melean
Diseño y Fotografía: Jesús Baldonedo